La quisieron violar mientras practicaba yoga: "Todos los días vemos que hay mujeres abusadas, yo pensé: esta vez me tocó a mí"
Belén, la profesora de yoga que sufrió un episodio de abuso sexual en los bosques de Palermo, contó su caso en Crónica HD. "Eso es lo peor, que nos está sucediendo a todas. Lloré porque las emociones hay que liberarlas en el momento, para poder sanar", dijo.
El video de Belén Riva Roy, la joven que sufrió acoso sexual en los bosques de Palermo a plena luz del día y lo contó en primera persona, rápidamente se viralizó por el dramatismo de su relato. La joven profesora de yoga estaba meditando cuando se le acercaron dos hombres y le anunciaron que la iban a violar. Uno de ellos, incluso, se acercó por detrás y ella sintió que le rozaba la cabeza con su miembro. Podrían haber tenido éxito en su intento si no fuera porque un automovilista se detuvo a ayudarla y eso provocó que los dos acosadores huyeran de inmediato.
Belén contó su historia en un video, entre lágrimas. “Lloré porque las emociones hay que sanarlas en el momento, para no acarrear esto a futuro, por eso lo liberé. Tengo las herramientas para sanar y ahora estoy bien”, dijo en una entrevista con Esteban Trebucq, en Crónica HD.
Según su relato, el incidente ocurrió en la zona de los bosques más cercana a la avenida Figueroa Alcorta y Dorrego. “Yo doy clases en el bosque, somos muchos los profes que tuvimos que salir a lugares públicos, y les puedo dar fe de que nunca hay seguridad en esa zona, sólo en el centro, donde están los lagos. Yo pensé que en algún momento me podía pasar. Si todos los días vemos casos de mujeres que abusan, que violan, que penetran… Cuando el hombre me rozó yo pensé: ‘Esta vez me tocó a mí’. Eso fue lo peor, nos está sucediendo a todas”, expresó.
Con gran tranquilidad a pesar del momento sufrido, Belén reclamó en nombre de las mujeres que sufren violencia de género a diario. “A todas nos pasa. Nadie tiene derecho a decir que nos quieren coger, a que nos rompan la paz, la integridad, nuestro espacio espiritual más sagrado. Las mujeres no tenemos ganas de recibir ningún tipo de devolución sobre nuestro cuerpo ni sobre nada en la vía pública. Eso es lo que hay que erradicar, esa idea de que nos pueden decir cosas, no tenemos ganas. No somos nosotras las que tenemos que cambiar”, se explayó.
También contó que el shock fue tan grande que cuando los acosadores se fueron ella tomó su bicicleta y huyó, sin poder mirar al hombre que intervino para ayudarla a salir del mal momento. “Hubo alguien que se involucró. Por la gente que me hizo lo que me hizo no tienen que caer en la bolsa todos los hombres con perspectivas de género”.