María Belén Chacón fue víctima de abuso sexual por parte de su hermano durante 13 años, por lo que la justicia constató que hubo delito y hasta la fiscalía había pedido 10 años de prisión para el imputado. Pero un detalle de la causa le permitió al agresor ser sobreseído y así evitar ir a la cárcel.

Los hechos remiten al año 1993 cuando la víctima, con apenas seis años de edad, comenzó a sufrir acoso sexual por parte de su hermano, de siglas P.C, cuando a modo de "juego", lograba que su hermanita vea como se bajaba los pantalones para comenzar a masturbarse frente a ella.

Cuando Belén cumplió los 13 años, el "juego" que proponía el abusador iba subiendo de tono. En una entrevista, la víctima pudo contar el martirio: “Fue en el año 2000, durante una noche, cuando mis papás dormían. Mi hermano me despertó, empezó a masturbarse y al ver que no podía eyacular se acercó hasta mi cama y empezó a tocarme la vagina por encima y debajo de la ropa. Me paralicé y empecé a llorar pero Pablo continuó masturbándose a mi lado hasta eyacular"

A partir de reiterados comportamientos agresivos de su allegado, contó que a los 16 años notó que el contacto físico era cada vez más intenso y con mucho más frecuencia, cuando su hermano comenzó a introducir sus dedos en la vagina llegando, hasta incluso llegó a lastimarla en reiteradas ocasiones.

Fue en la etapa de la adolescencia cuando comenzó a ser consciente de los redundantes actos de acoso, y hasta empezó a defenderse a la fuerza, pero su allegado insistía con que se trataba de un juego y la "invitaba" a relajarse y "disfrutar" del momento.

El nivel de perversidad aumentó cada vez más y fue en el año 2006 cuando a sus 19 años sufrió otro episodio de acoso sexual con penetración. "Se metió de noche en mi cama, me corrió la ropa interior e intentó penetrarme analmente. Mi reacción fue golpearlo en su pene para que se fuera de la habitación”, comentó la víctima.

El juez Alejandro Cilleruelo, del Juzgado Nacional de Menores N° 4, fue quien tomó el caso a partir de la denuncia de la víctima, el 28 de noviembre de 2018. Pero mientras avanzaba la investigación y el respectivo procesamiento, ocurrió un hecho a favor del agresor de sobreseimiento ya que la acción penal estaba prescripta.

Caso María Belén Chacón: el hermano, sobreseído y libre de culpa

Durante un reciente juicio llevado a cabo por los jueces María Rosa Cassará, Jorge Ariel Apolo y David Perelmuter, que integran el Tribunal Oral de Menores N°1 de Capital Federal, surgió un polémico fallo del magistrado ya que en el caso no se pudo precisar la fecha exacta en la que  Chacón fue abusada sexualmente por última vez por el imputado.

En concreto, la resolución marcó lo siguiente: “Este Tribunal ha tenido probadas las circunstancias de modo y lugar de los hechos, en los que ha sido víctima María Belén Chacón y como imputado P. No pudiéndose acreditar que dichos sucesos han sido acaecidos en fecha posterior al 28/11/2006 corresponde DECLARAR EXTINGUIDA LA ACCIÓN PENAL POR PRESCRIPCIÓN en la presente causa".

Esto fue posible a que, en ciertos casos como este, el delito prescribe a los 12 años, y por la estrategia empleada por la defensa del acusado ante el Tribunal, en que los sucesos tuvieron lugar desde el 22 de junio de 2001 -fecha en que Belén cumplió los 16 años- hasta 2006, sin especificar un plazo de finalización -fecha en que Belén tenía 19 años-.

"No hay manera de que yo recuerde cuál fue el último día en que me abusaron. Es una locura", comentó sobre el fallo.

“Lo que me hizo mi hermano ya me condenó para toda la vida”, sostuvo Belén para Infobae. En ese marco, declaró que las agresiones sexuales fueron hasta sus 19 años", pero argumentó que "teniendo en cuenta que nací el 28 de marzo de 1987, yo tuve 19 años hasta el 28 de marzo de 2007. Pero tanto la defensa como los jueces hicieron un corte en la línea de tiempo hasta el 31 de diciembre de 2006″.

La fiscalía había pedido un total de 10 años de prisión para el hermano de la víctima. La denuncia formal de la resolución indicó que hubo "delitos de abuso sexual en forma reiterada mediante amenazas, contra la voluntad de la víctima, calificados por implicar un sometimiento gravemente ultrajante en virtud de su duración y las circunstancias de realización - introducción de dedos en la vagina de la víctima - como así de abuso sexual mediando acceso carnal por vía anal en grado de tentativa".