Un grupo de soldados voluntarios del Ejército organizó una fiesta clandestina a la que asistieron más de 150 personas y que terminó con piedrazos y botellazos contra los policías que llegaron al lugar para desbaratarla.

Según informó el diario La Opinión Austral, todo ocurrió en una vivienda de dos ambientes en la localidad santacruceña de Comandante Luis Piedrabuena.

Sabíamos que se iba a hacer (la fiesta), pero no teníamos la certeza de dónde o de cuántas personas iban a asistir. Nos sorprendimos cuando veíamos salir tanta gente”, dijeron las fuentes policiales consultadas por el matutino patagónico.

Tras una investigación, la Policía de Santa Cruz dio con el lugar de la fiesta clandestina, que se llevó a cabo el sábado en una casa particular de dos ambientes, y sin la ventilación correspondiente, ubicada en la esquina de las calles Bella Vista y Heriberto Cobeñas, en Piedrabuena.

Los asistentes no tenían barbijos y resistieron la presencia policial.

Al ver a los policías, los asistentes les arrojaron botellas de vidrio y piedras, por lo que los agentes tuvieron que resguardarse para no ser heridos.

Luego de dos horas de espera, finalmente las personas salieron de la vivienda. “Era increíble ver la cantidad de gente que salía, todos en estado de ebriedad, nadie con barbijo”, indicaron las fuentes. Según la policía santacruceña, había 160 personas en la fiesta.

Seis personas, de entre 20 y 38 años, fueron denunciadas como infractoras del artículo 205 del Código Penal por ser las organizadoras de la fiesta. Todas ellas son voluntarias del Ejército en la guarnición de Piedrabuena.

La Policía santacruceña, además, secuestró cinco autos de los asistentes a la reunión ilegal porque se negaron a hacerse el test de alcoholemia.