Se retomó la búsqueda en busca de los cuerpos de dos hermanas que están desaparecidas hace una semana y que habrían sido asesinadas, descuartizadas y enterradas en el pozo de agua de una vivienda situada en la provincia de Córdoba. Por el caso están detenidos los hijos de las mujeres, de 20 y 24 años, luego que uno de ellos confesara que había cometido un doble crimen.

El lunes durante la búsqueda que se lleva adelante en la vivienda situada en la calle Oscar Cabalén al 6500, del barrio Autódromo, la zona noreste de la capital provincial, los efectivos del Departamento Unidades de Alto Riesgo (DUAR) hallaron en el pozo bolsones que contenían ropa, documentación y carcasas de celulares, mientras que en el interior de la casa encontraron palas, machetes, hachas y una maza que tendría manchas de sangre. Pero hasta el momento, los cuerpos siguen sin aparecer.

Todos los elementos fueron remitidos a una sede pericial para ser analizados y establecer si efectivamente están manchados con sangre humana y, en ese caso, si puede ser de Esther Castro (41) y Sara Castro (39), las hermanas desaparecidas desde hace una semana.


Los bomberos policiales continuaban esta mañana con la búsqueda iniciada el pasado domingo en el viejo pozo de agua de más de 50 metros de profundidad ubicado en los fondos del domicilio de las mujeres y donde también residían los ahora detenidos, identificados por las fuentes como Ismael Castro (20) y Esteban Castro (24).

Ambos se encuentran apresados desde el domingo, cuando uno de ellos confesó que había matado, descuartizado y enterrado los cuerpos de su madre y de su tía junto al otro joven, que sería su hermano o su primo, añadieron los informantes.


La fiscal de Violencia Familiar Andrea Martín, quien está a cargo de la causa, imputó a los muchachos el delito de "doble homicidio calificado" y también ordenó la detención de una adolescente de 17 años por supuesto "encubrimiento" del hecho.


La investigación se realiza con estricto hermetismo y, según lo que se conoce por fuente vinculadas al caso, se inició cuando el pasado sábado por la tarde los dos acusados fueron interceptados por una patrulla policial cuando caminaban por la ruta de la Altas Cumbres acompañados de cuatro menores de edad.

En esas circunstancias, según las fuentes, el menor de los Castro confesó que junto al otro joven había asesinado a su mamá y a su tía.

Vecinos del barrio contaron a la prensa local que en el domicilio investigado convivían "varias personas de una misma familia", a quienes describió como "muy raras", ya que "no mantenían contacto social, vivían encerrados y aparentemente practicaban algún rito religioso extraño". Además, sostuvieron que nunca se animaron a denunciar lo que ocurría en el interior de la vivienda porque “estaban amenazados”.

En la madrugada del pasado jueves hay testigos que vieron cuando los acusados prendieron una enorme fogata en el patio y aseguraron que el olor era nauseabundo.

Desde hacía varias noches, las personas que viven por la zona escuchaban rezos extraños y alabanzas. A su vez, revelaron que en esa casa se practicaban rituales satánicos y que en las ventanas se observaban imágenes de crucifijos no convencionales.

Según indicaron los vecinos, los acusados viven hace más de 10 años en esa vivienda. Asimismo, contaron que el padre de las mujeres desaparecidas murió hace siete meses y desde ese momento la situación se habría descontrolado aún más.

En barrio circula la versión de que el hombre abusó de sus hijas y producto de la violación habrían quedado embarazadas. 

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