Un remisero de 38 años compareció ante la justicia y confesó su participación en el femicidio de una mujer jubilada de 73 años, quien fue descuartizada y arrojada al arroyo Saladillo en Rosario, Santa Fe. El hombre, identificado como Ricardo Alberto M., había sido acusado de ocultar el cadáver de la víctima. Recién este jueves se presentó en el Centro de Justicia Penal, pese a que el macabro crimen ocurrió en febrero del 2020.

El hombre se entregó luego de que a principios de esta semana fuese acusado junto a Marcelo Alberto Fernández y su pareja Josefa Richarte Carrasco, (quienes habían sido detenidos en la causa hace más tiempo) por la fiscalía de Rosario. Según la declaración judicial, el encargado de mutilar y hacer desaparecer el cuerpo de la mujer fue Ricardo M.

La Policía en las investigaciones en el río Saladillo.

“Yo la agarré del cuello y se me fue la mano”, dijo Fernández, quien en su intento de defensa alegó un estado de ebriedad. La víctima les alquilaba la casa a cambio de cuidados y acompañamiento. Si bien Fernández creyó que estaba desmayada, al no despertar, se dio cuenta de que en realidad la había matado, informó el medio Rosario 3

Luego, el femicida contó que llegó a la casa un remisero amigo suyo que, al ver que las luces de la casa estaban prendidas, frenó y se encontró con la escena. “Yo me deshago del cuerpo”, habría sido la primera reacción del remisero amigo, que al momento no figuraba en la investigación.

Pese a esa aparente amistad, el hombre le exigió un departamento que pertenecía a la familia de Fernández y que se encontraba a la venta, a cambio de hacer desaparecer el cuerpo.

Mientras tanto, Josefa Richarte Carrasco no se encontraba en la vivienda, por lo que el hombre aseguró que nada tuvo que ver con el crimen. La declaración de Fernández indica que ninguno tenía la intención de quedarse con la propiedad de la señora, sino que todo “se les fue de las manos”.

Cuando Fernández mencionó a Ricardo M. la fiscalía lo acusó de mutilar y ser cómplice del femicidio de la jubilada. Por lo tanto, al remisero no le quedó otra que confesar lo sucedido, es decir, su participación en desaparecer el cadáver de la mujer.

Quien tomó declaraciones a Ricardo M. fue el fiscal Adrián Spelta, quien lleva la investigación del macabro caso. Tras la confesión, el hombre fue detenido a la espera de la audiencia que lo impute en el femicidio. La causa es llevada por el juez Gustavo Pérez de Urrechu.