Robó un comercio, la víctima lo perdonó y lo abrazó, y el juez resolvió no mandarlo preso
El ladrón era menor cuando cometió el asalto en el local de una vecina. Ante el arrepentimiento del delincuente y la reacción de la mujer, el magistrado ordenó que el joven le pague el doble del dinero que sustrajo y dispuso que no siga detenido. Ocurrió en Catamarca.
Una comerciante perdonó al ladrón que le robó y se enterneció por el pedido de disculpas del delincuente, al punto de abrazarlo. La escena ocurrió en medio de una audiencia judicial que se celebraba en la provincia de Catamarca, donde el magistrado interviniente valoró el arrependimiento del asaltante y ordenó su liberación.
La condición que dispuso el juez para que el ladrón no siguiera detenido fue que le pagara el doble a la mujer del dinero que le había sustraído. El delincuente había robado $1000 pesos de la caja de la despensa que la víctima, Gabriela Alejandra Espeche, tiene en su casa, en medio de un episodio en el cual había forcejeado con el delincuente, de 18 años.
El magistrado ordenó que se le aplicara al ladrón una medida socioeducativa en sustitución de la pena privativa de la libertad, que por el delito era de un mes a seis años de prisión.
El juez, Rodrigo Morabito, vocal de la Cámara de Responsabilidad Penal Juvenil de Primera Nominación en la capital catamarqueña, actuó así en línea con lo propuesto para el caso por Guillermo Narváez, fiscal de la Cámara Penal Juvenil.
El robo ocurrió el 14 de abril de 2019 en el barrio Valle Chico, en la periferia de la capital provincial, cerca del arroyo Tala y de la cordillera.
El delincuente, quien por entonces tenía 16 años, a las 11 de la mañana entró de manera furtiva por la puerta del costado de la casa de Espeche, situada en el 138 de la avenida 12, donde la mujer atendía una despensa a través de una ventana.
El ladrón, quien no fue identificado por las fuentes judiciales, vio la caja registradora y robó lo que contenía: 1000 pesos en cambio chico. Pero la comerciante descubrió al intruso y forcejearon.
Aunque el ladrón se cubría la cabeza con una capucha, la mujer se dio cuenta de que era un pibe del barrio. Hizo la denuncia y al poco tiempo lo detuvieron.
