Prendió fuego a su mujer y lo condenaron a prisión perpetua por femicidio
Según determinó la Justicia la roció con combustible y le dejó el 90 por ciento de cuerpo quemado lo que le provocó la muerte. El sostuvo que ella se había autolesionado. Las pericias demostraron que no era así.
Un hombre de 45 años que en 2019 mató a su pareja rociándola con combustible y prendiéndola fuego, fue condenado por un tribunal de Santa Fe a prisión perpetua por el femicidio.
Un tribunal integrado por los jueces Griselda Strólogo, Álvaro Campos y Carlos Gazza, tras un juicio oral que se desarrolló en los tribunales de la localidad santafesina de Villa Constitución, ubicada a 55 kilómetros al sur de Rosario, condenó a Cristian Alberto Cabrera a la pena de prisión perpetua por haber asesinado en 2019 a Florencia Coria (27).
El tribunal encontró penalmente responsable a Cabrera de los delitos de homicidio doblemente calificado por el vínculo y femicidio y en calidad de autor, ambos en concurso ideal en un contexto de violencia de género, ya que mediaba una relación de pareja.
Según se determinó en la mañana del día 29 de diciembre de 2019 en el domicilio de la calle Mitre al 800 de esa localidad, Cabrera con la intención de ocasionarle el fallecimiento a Coria, tomó una botella plástica que contenía alcohol etílico, roció con ese líquido el cuerpo de Florencia e inició un proceso ígneo que le provocó graves lesiones en gran parte de su cuerpo.
Tras la acción, trasladó a Florencia, con quien se había casado a finales del 2015, envuelta en una sábana al hospital comunitario, donde los médicos constataron que presentaba lesiones graves por quemaduras en el 90% de su cuerpo por las que debió ser trasladada al hospital de Emergencias -Heca- de Rosario.
Tras permanecer 10 días en terapia intensiva, la mujer falleció el 8 de enero de 2020 como consecuencia de una falla multiorgánica generada por las lesiones que Cabrera había provocado con su acción violenta.
La investigación logró establecer que la violencia y el sometimiento que Cabrera ejercía sobre quien era su esposa y madre de su hija, era de “larga data”, tan es así que el mismo día del casamiento, la mujer había denunciado por primera vez a su marido por golpearla brutalmente.
Cabrera sostuvo que la mujer se había autolesionado.
Una pericia producida durante la investigación probó que el tipo de lesiones que tenía Florencia eran “compatibles con la intervención de un tercero” y que “difícilmente ese grado de lesión pudo ser autoinfligida”.