Al dolor de la pérdida de un hermano en un brutal choque frontal, una familia de Neuquén denunció que despidieron por error el cuerpo de la persona que había ocasionó el accidenteTenía que velar al hombre que se quedó dormido en la ruta y accidentalmente mató a mi hermano, relató la hermana de la víctima. 

La tragedia ocurrió el último miércoles en la Ruta Nacional 22, a la altura de la localidad neuquina de Arroyito, donde colisionaron una camioneta Renault Kangoo, conducida por Walter Acuña; y un Ford Ka, de Ezequiel Zapata, que circulaban en sentidos opuestos.

“Quería ver a mi hermano en la morgue y tener acceso a sus cosas y a su teléfono, pero sólo me dieron la llave de su casa que la tenía la Fiscalía para que le buscara ropa para vestir el cuerpo”, se quejó Luján Acuña, la hermana de Walter.

El velatorio, que estaba previsto a las 11 de este viernes, comenzó con la tradicional caravana, pero cuando llegaron a la sala velatoria, la familia encontró el cuerpo del otro fallecido vestido con la ropa de su hermano. “No pido mucho, lo único que quiero es velar a mi hermano y darle sepultura”, manifestó la mujer a LM Neuquén, y agregó: “En lugar de eso, tenía que velar a otro hombre que se quedó dormido en la ruta y mató a mi hermano.

La publicación con que Luján Acuña denunció lo sucedido con su hermano Walter (Gentileza Opinión Frontal).

Para la familia Zapata también fue un calvario despedir a su pariente. Después del choque fatal, Julia, hermana de Ezequiel, viajó junto a su esposo y la viuda de su hermano a Neuquén para hacer los trámites en la Fiscalía. Sin embargo, allí le explicaron que el cuerpo ya estaba en camino a Piedra del Águila.

“Llegamos a las 9 de la noche y no queríamos hacer el velorio tan tarde, como yo trabajo en el hospital pedí que lo dejen en la morgue para enterrarlo sin velorio al día siguiente, contó Julia. La familia pidió ver el cuerpo del hombre fallecido, pero desde la funeraria les dijeron que estaba muy lastimado, y que era preferible no quedarse con esa imagen de un ser querido.

Así, decidieron hacer una caravana de autos para despedir a Ezequiel y cientos de personas se acercaron al cementerio para presenciar el entierro del cajón. “Hicimos una pequeña ceremonia y ahí llegó la policía urgente para suspender el entierro porque se habían equivocado de cuerpo”, se lamentó la mujer, al tiempo que se quejó por “la inoperancia que tuvieron en un momento de semejante dolor”.