Octavio Romero, de 33 años, era suboficial 1° de la Prefectura cuando desapareció el 11 de junio de 2011 de su casa, en el barrio porteño de Retiro. Tras seis días de intensa búsqueda, su cuerpo desnudo y golpeado apareció flotando en el Río de la Plata. Pese a los reclamos de su pareja, familiares y amigos, el asesinato continúa impune desde hace diez años.

Este crimen fue investigado por la Fiscalía Criminal de Instrucción N° 40 y el Juzgado Nº 46, a cargo del magistrado Jorge Anselmo de Santo. La fuerte sospecha de que Octavio fue asesinado por miembros de la fuerza, entre quienes no hay detenidos ni imputados, llevó el caso a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.

Octavio Romero (33) era suboficial 1° de la Prefectura (Archivo).

"La causa prescribiría a los 20 años y esta interpretación la hacemos considerando que podríamos pedir una pena de reclusión perpetua, bajo la hipótesis de que está involucrada de más de una persona de la Prefectura", explicó a Clarín Gabriel Gersbach (56), el hombre con el que la víctima compartió los últimos 12 años de su vida.

Gersbach tiene todas sus esperanzas en el ámbito internacional. “Hace cinco años que no se mueve la causa. Se demoraron más de dos años en hacer los allanamientos, no encontraron nada y los jefes ya habían sido trasladados, contó.

Tras aprobarse la Ley de matrimonio igualitario en 2010, Octavio había pedido permiso a sus superiores para ser el primer uniformado homosexual del país en casarse. La boda estaba planeada para finales de ese 2011.

Para mí, su crimen fue un mensaje. Había recibido amenazas por su condición sexual y por celos: era brillante… Octavio trabajaba en el edificio Guardacostas y en el baño había pintadas despectivas”, aseguró Gersbach.

Octavio era Licenciado en Relaciones Públicas y dominaba el inglés y el portugués. Además, tenía a su cargo a toda su familia oriunda de Curuzú CuatiáCorrientes

En la noche del sábado 11 de junio, el departamento de Retiro donde vivía con su pareja quedó sin llave, con todas las luces encendidas y el televisor con el volumen muy alto. Para Gersbach y su familia, Octavio salió a ver a un conocido que llegó y bajó abrirle, por eso se metieron, subieron el volumen de la tele y se llevaron su arma.

Nadie volvió a saber de él hasta cinco días más tarde, el 17 de junio, cuando encontraron su cádaver flotando en el Río de la Plata, a la altura del partido de Vicente López. Estaba desnudo, golpeado y los estudios complementarios a la autopsia establecieron que fue arrojado al agua sin vida.

Octavio y Gabriel estaban por casarse aquel trágico 2011.

La causa de muerte fue un “traumatismo de cráneo producido por un golpe con un objeto duro y romo” y tenía 2,06 gramos por litro de alcohol en sangre. Desde el primer momento y aún hoy, su pareja plantea que él no tomaba alcohol.

"Operativo Dignidad"

En 2015, la fiscal del caso, Estela Andrades de Segura, y un periodista recibieron un informe anónimo que convenció a la Justicia de que las sospechas del entorno de Octavio contra la Prefectura eran correctas.

“Se llamaba Operativo Dignidad ‘Oscar Costa’, Oscar es el segundo nombre de Octavio. Ahí se detallaba, con fotos y nombres, el secuestro a punta de pistola con silenciador, cómo lo alcoholizan y lo torturaban en una maniobra que se llama 'submarino seco'. Nada surgió de ello, silencio de radio”, relató Gersbach en la misma entrevista a Clarín.

Una década después, el hombre está cada vez más convencido de su hipótesis: "No tengo dudas, antes y después de ese informe anónimo, siempre pensé que había alguien de Prefectura involucrado".