Hackearon las redes sociales de un periodista para estafar a sus amigos, pero la peor parte llegó cuando fue a hacer la denuncia
El atacante obtuvo los datos personales de la víctima e intentó vender dólares a sus amigos mediante transferencias o depósitos con CBU, pero estos no cayeron en la trampa por un determinado detalle.
Un periodista deportivo salteño pasó un difícil momento cuando un ciberdelincuente tuvo acceso a su información personal y haciéndose pasar por él, intentó vender dólares a los amigos de la víctima mediante transferencias o depósitos con CBU.
“Todo comenzó el martes a la noche, cuando me llegó una notificación en Instagram, que me avisó que tenía un inicio de sesión extraño”, explicó Ariel Álvarez.
El comunicador salteño cree que allí comenzó el hackeo y una vez que ingresaron a su red social, el delincuente tuvo acceso a sus contactos, a los cuales intentó estafar comunicándose mediante textos de WhatsApp.
“Soy Ariel Álvarez, perdí mi otro número, solo manejo este, agendalo por favor, disculpá las molestias, saludos”, decía el primer mensaje que le llegaban a los conocidos de Álvarez.
Y cuando alguno respondía, el estafador contestaba: “Che vos conocés a alguien que esté comprando dólares en efectivo, cara grande, quiero vender 5.300, necesito los pesos por transferencia, depósito a un CBU o alguien que maneje criptomonedas bitcoin que me pueda hacer cambio”.
A algunos amigos de Ariel, que trabaja en radio y televisión, les pareció raro que el “nuevo número” tenga característica de Córdoba.
Hackeo: advertencia de amigos
Entre el miércoles y jueves, Alvarez recibió un gran cantidad de captura de pantallas por parte de sus propios contactos, alertando la maniobra.
“La verdad no sé si alguno de mis conocidos llegó a ser perjudicado, lo que sí puedo decir es que a nadie de mi familia les llegaron esos mensajes”, aseguró. Lo cierto, es que el estafador incluso utilizó una foto del periodista que tenía publicado en su propio Instagram.
Salta: decepción en la comisaría
El miércoles por la noche Álvarez se dirigió a una comisaría para realizar la denuncia, pero allí le dijeron que no valía la pena, ya que esos casos quedaban en la nada y que, si conocía a alguna persona que cayera a raíz de esta estafa, recién en ese momento debía concurrir. El periodista se retiró decepcionado con la respuesta.
Sin embargo, el hombre de los medios consiguió otros datos como la empresa de telefonía proveedora del número y los datos de la cuenta bancaria y su titular, a donde el estafador pedía que hagan el depósito.
“Cuando llegue un mensaje de estos, primero hay que ver la característica del número, a un allegado mío le pasó por lo mismo, pero hay gente que le cae de sorpresa y no se da cuenta. Y como segunda medida, mandá un mensaje a la persona que supuestamente te escribió para sacarte la duda”, reflexionó Ariel.