María Isabel Speratti Aquino (40), acudió a la Justicia en más de una oportunidad para denunciar a su ex marido y padre de sus hijos, Javier Alejandro Núñez (47), luego de que él haya querido ahorcarla. La causa estaba calificada como de "Alto Riesgo". Sin embargo, no fue un impedimiento para que el denunciado, sin mediar palabra y delante de sus hijos de 13 y 17 años, la atacara el pasado jueves de cuatro balazos, de los cuales dos le dieron en la cabeza y resultaron fatales. Ocurrió en la localidad bonaerense de  Cañuelas.

La víctima se cansó de pedir ayuda a la Justicia. 

El femicidio ocurrió a las 7.30 de la mañana. María Isabel estaba por llevar a sus hijos a la estación para que se tomen el tren para ir al colegio. En el apuro, uno de los chicos se olvidó algo, y al regresar a la casa para buscarlo, la mujer reconoció el vehículo de su ex marido. Su instinto, hizo que sin pensar le diga a sus hijos que se resguarden, fue ahí cuando Núñez la atacó a balazos. Dos de ellos le dieron en las muñecas, las que interpuso en un impulso por defenderse. Otros dos impactaron en su cabeza. Inmediatamente, fue trasladada de urgencia al Hospital Cuenca Alta donde, donde dos horas después, murió.

Los seres queridos de María Isabel no solo sienten un dolor infinito por el asesinato, sino también indignación ante una Justicia ineficiente, a la que la víctima acudió en más de una ocasión, pero que no le dio respuesta. Karina Bonavita, amiga de María Isabel, a quien conocía desde hacía siete años del colegio al que asistían sus hijos, habló con cronica.com.ar, y se quebró al recordarla. 

Cómo fue el derrotero judicial

Es que detrás de lo que terminó en el femicidio de María Isabel hubo una lucha incansable. Según contó Bonavita, en diálogo con este medio, el Día del Padre del 2021, María Isabel le contó por primera vez  a su grupo de amigas, que su marido la había querido matar. En esa ocasión, de acuerdo a sus palabras, el hombre la hizo poner de espaldas, mientras mantenían relaciones sexuales, y habría intentado ahorcarla. Un hijo de ella que fue testigo del episodio, saltó un paredón y fue a pedir ayuda al vecino.

También, María Isabel le confió a sus amigas que "ella tenía la sospecha de que su marido no solo la quería matar a ella, sino también a sus hijos".

Pese a que él intentó manipularla para convencerla de que ella no lo denunciara, diciéndole, que "estaba exagerando", y que "estaba jugando", ese mismo día, sus amigas la acompañaron a hacer la denuncia en la Comsaría de la Mujer de Cañuelas. La Justicia le otorgó un botón antpánico y le puso un patrullero en la puerta de su casa, por un plazo de 30 días. Además, se dictó una restricción de acercamiento por un período de 60 días, que al finalizar se prorrogaron por otros 30 días más.

No obstante, en julio de 2021, en un chat grupal de WhatsApp del barrio, la víctima le pidió a sus vecinos que si veían merodear al su ex por el barrio, llamaran al 911.

El hombre agarró la escritura de la vivienda, los ahorros familiares, algo de ropa, y se dio a la fuga. Al ser notificado por la denuncia en su contra, su defensa sostuvo que Núñez, había tenido "un brote psicótico" y que había actuado bajo "emoción violenta". Estuvo treinta días internado en un neuropsquiátrico. La causa fue caratulada como lesiones leves. Incluso, la lucha de María Isabel era que sea recaratulada como “Homicidio en grado de tentativa”. Por este motivo, María Isabel concurrió en varias oportunidades a la UFI y al Juzgado de Garantías Nro. 8 a cargo del juez Martín Miguel Rizzo pero sus pedidos nunca fueron escuchados.

Una vez que fue dado de alta del establecimiento psiquiátrico, en octubre de 2021, Núñez se presentó en el Juzgado de Paz y pidió una revinculación familiar, pese a que sus hijos no querían tener contacto con él.

Cabe destacar, que tampoco se fijó una cuota alimentaria, de manera que era María Isabel era quien sostenía su hogar con sus ingresos como artesana, y de unos locales que tenía en alquiler, mientras que su ex marido no hacía ningún aporte. "Era una mujer empoderada, con empuje propio, era su sustento de hogar. En pandemia ella abrió una consultora de seguros para salir adelante", la recordó Karina.

El agresor, fue detenido poco tiempo después de cometer el femicidio mientras se movilizaba en un Volkswagen Suran de color gris por el cruce de las calles Libertad y San Martín, a unos 800 metros del lugar del ataque. En el vehículo, los policías incautaron una pistola marca Bersa calibre 9 milímetros, con la que se presume, cometió el femicidio. El arma será sometida a peritajes. La investigación del hecho quedó en manos del fiscal Roberto Berlingieri, de la UFI Nº1 de esa localidad.