Fin del misterio: se conoció qué pasó con el conductor que había dejado su auto tras atropellar a dos perros
El hecho ocurrió en las últimas horas de este viernes en el kilómetro 423 de la Ruta 226, dentro del partido bonaerense de Bolívar. Fue protagonizado por un hombre que manejaba un Mercedes Benz último modelo.
Un auto Mercedes Benz último modelo metido en yuyales de una banquina y dos perros muertos a pocos metros disparó el misterio. Estaba claro que se había registrado un incidente vial. Pero tanto los bomberos voluntarios como los policías que concurrieron al lugar alertados por viajeros no encontraban al conductor.
El hecho ocurrió a las 19.40 de este viernes en el kilómetro 423 de la ruta 226, dentro del partido bonaerense de Bolvíar, a dos kilómetros del límite con Hipólito Yrigoyen, en dirección a Pehuajó. Esa fue la reconstrucción policial que efectuó la comisaría de Bolívar, informaron este sábado fuentes policiales a www.cronica.com.ar.
Un conductor que pasaba por la ruta vio el auto y llamó a la fuerza de seguridad. Cuando los efectivos arribaron, una hora después del incidente vial, ya el motor estaba frío. Los agentes estaban intrigados porque nadie había requerido ambulancia y el vehículo había sido visto por casualidad por quien dio el aviso.
Pero los policías notaron que había dos perros muertos a pocos metros del lugar. Y ataron cabos. Supusieron que el Mercedes Benz chocó contra los animales que se le cruzaron y terminó metido en el yuyal, en la banquina. Especularon que cazadores pudieron andar en la zona y los disparos asustaron a los canes.
Los investiadores de la fuerza de seguridad revisaron los datos de registro con la patente del auto abandonado, NVD 983, y notaron que el vehículo se encontraba radicado en la provincia de Córdoba.
En la estación de servicio Shell situada a unos 20 kilómetros del lugar, en el principal acceso a la ciudad cabecera de Bolívar, tenían sintonizado el canal de noticias local y pasaban la información sobre el misterioso Mercedes Benz. Y uno de los televidentes era el propio dueño del auto, sorprendio con lo que veía. Tomaba un café en el bar mientras aguardaba la grúa de su seguro, que había pedido desde esa estación.
El hombre se comunicó a la comisaría local y el misterio quedó resuelto. Había ocurrido lo que sospechaban los efectivos: el conductor no había sufrido heridas en el incidente. Y, como no tenía señal en su celular, había hecho dedo y lo habían trasladado hasta la Shell, desde donde pidió la asistencia mecánica.
