Se allanó nuevamente el café El Gato Negro, en la calle Irigoyen en Resistencia, que en el  Cecilia Stryzozwski trabajaba hasta antes de su muerte. César Sena y Marcela Acuña fueron los garantes de su alquiler.

El procedimento se ordenó después de que la dueña del local reclamara la propiedad.La Justicia antes devolversela para que la pueda alquilar, quisieron volver a resisarla. Ingresó la Policía del Chaco, con División de Investigaciones Complejas.

Se encontró una foto de gran tamaño donde Acuña amamanta a César Sena mientras era un bebé.

“Este local era una cafetería que fracasó cuando César le dice a Cecilia ´ahora ya podemos lavar dinero´. Cecilia le planteó que no está interesada en ese tipo de maniobras y que ella no quería quedar presa. Ese comentario lo hizo porque empezó a trabajar el comercio entonces le dijo eso en una reunión familiar en la casa de Gloria”,  sostuvo Juan Arregin, uno de los abogados querellantes de la causa, afirmó que el local puede ser la base de un móvil económico en el femicidio.

“Cecilia primero no se quiso sumar al movimiento piquetero y cuando se da este comentario de ´ahora podemos lavar´, dice que a ella no le interesa, así que eso también podría sumarse. Cecilia era una joven de mucha dignidad y lo que quería era trabajar”, agregó el querellante.

La hipótesis de la fiscalía es que los Sena idearon un plan para matar a Cecilia. La situación del matrimonio y de su hijo se complicó más todavía en las últimas horas, luego de que se conociera el resultado de la pericia genética sobre las manchas de sangre halladas en una habitación de su casa y sobre los rastros hemáticos detectados en el colchón y la parrilla de cama que habían sido regalados ellos mismos a un vecino del barrio Emerenciano tras la desaparición de la víctima. Ayer se confirmó que todas esas muestras tenían ADN de Cecilia.

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