Un nene escribió una carta muy particular para esta Navidad. Hola Papá Noel, te pido un favor, que nos entregues todos los ahorros que tuvimos y que vayan los ladrones a la cárcel”, escribió en tinta roja y cursiva, Santino Trindade (8) y la colocó debajo del arbolito.

Silvia Ciganda, su mamá encomtró la carta. “Estaba ordenando el desastre que habían dejado los delincuentes que desvalijaron nuestra casa cuando vi el sobre”, le dijo a Infobae.

“Lo que sentí fue mucha impotencia. ¿Por qué un niño de ocho años tiene que pedir justicia en vez de regalos?”,  agregó. 

No sé en qué momento la escribió. Me partió el corazón, y sigo angustiada porque no quiero desilusionar, él cree en Papá Noel. Estamos a días de la Navidad y él piensa que el 24 llegará la solución mágica, y no es así. Cómo le explico que eso no va ocurrir? Seguramente, esta sea la última vez que crea en Papá Noel”.

El  robo ocurrió el 14 de diciembre.  “La vida sigue pero el miedo, la angustia y el dolor que siento al ver a mis hijos sufrir no se repara. Nos robaron la tranquilidad”,  dice la mamá.

El matrimonio de Silvia y Cristian Trindade (44) y sus hijos Juan Cruz (25) Morena (15) y Santino viven en el Barrio Motem de la ciudad de Posadas, Misiones.

En la tarde del 14 cada uno estaba con sus actividades y no había nadie en  la casa. Un grupo de delincuentes aprovechó para ingresar y robar. “Volví un rato antes porque me había olvidado un papel importante, y me encontré con los dos perros en la vereda. Eso me llamó la atención”, relata. Vio a dos jóvenes caminando rumbo a un auto colorado. “Nunca imaginé que esos eran los ladrones”.

 “Parecía una escena de guerra: la cerradura forzada, toda la ropa tirada en el piso, los cajones rotos. Para colmo, la heladera estaba con la puerta abierta, y tuvieron tiempo para tomar dos cervezas”, recordó.

“Se llevaron nuestros ahorros de toda una vida de trabajo”, dijo. Los delincuentes encontraron los regalos de 15 de Morena, joyas, sobres con dinero y una notebook.

Esa noche, Santino y Morena no pudieron conciliar el sueño.  “Los tuve que llevar a la casa de sus abuelos porque no querían estar en casa. No hay manera que quieran entrar a sus habitaciones. Eso es doloroso”, cuenta la mamá. 

Esta Nochebuena la familia no se moverá de su casa por temor a dejarla otra vez sola. “Ya contratamos un servicio de seguridad las 24 horas, al igual que un nuevo sistema de monitoreo. Al fin de cuentas, somos nosotros los que tenemos que vivir presos”.

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