Detuvieron a dos policías que se habían armado una financiera trucha
El hecho ocurrió en Salta y se secuestraron casi 2 millones de pesos, 15.900 dólares y un teléfono celular. Las autoridades indicaron que se trataría de "la punta del iceberg".
Dos policías fueron detenidos por el funcionamiento de una financiera ilegal en Salta, que operaba en las sombras de la capital provincial. Gracias a los allanamientos, se requisaron casi 2 millones de pesos. 15.900 dólares y un teléfono celular.
Los responsables fueron un oficial principal y un cabo de la Policía provincial. Sus detenciones se concretaron luego de la investigación que llevó adelante Ana Inés Salinas Odorisio, fiscal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos (UDEC).
El operativo fue solicitado al Juzgado de Garantías 3 de Salta y fue concretado por personal del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), en dos viviendas y una oficina ubicada en el microcentro salteño.
Los allanamientos derivaron en el secuestro de 1.659.670 pesos, 15.900 dólares, contratos y papelería del local de microcentro, el cual pertenecería al oficial principal. Además, se confiscaron otras 300 “lucas” del baúl del auto del cabo.
Los dos detenidos fueron alojados en la Alcaldía General de la Provincia y, según solicitó la Fiscalía, se encuentran incomunicados. A su vez, no se descartan nuevas detenciones, producto de la investigación.
En cuanto a las autoridades provinciales, Pedro García Castiella, procurador general de Salta, brindó una conferencia de prensa para actualizar sobre el caso, el cual, según él, se trata de “solo la punta del iceberg”.
“Al comienzo teníamos la imagen de una financiera ilegal, réplica de lo que sucede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con la Fundación Zoe. Por ello, tomamos la decisión de allanar rápidamente para evitar que la proyección geométrica, característica del Esquema Ponzi, alcanzara a más víctimas”, agregó el funcionario.
Por su parte y sobre el “modus operandi” que utilizaron los oficiales para erigir esta financiera ilegal, aseguró que no estamos ante “un clásico sistema Ponzi, porque el retorno prometido, según surge de los contratos secuestrados, es bastante veloz. Esto implicaría que el sistema sería nutrido por un flujo adicional dinerario que podría provenir de otra actividad ilícita que alimente la velocidad del retorno de esta actividad financiera”.