Crimen de Úrsula: ¿Un antes y un después en nuestra Justicia?
Referentes feministas solicitan no naturalizar los femicidios y realizaron un análisis, en el que evaluaron la actual situación.
Por María Helena Ripetta
@mhripetta
Las mujeres denuncian, piden ayuda, obtienen una restricción perimetral y un botón antipánico. Parecería que la única forma de que ellos terminen tras las rejas es cuando las matan. "Hay que terminar con este sistema perverso y funcional al femicidio, que obliga a que un abogado pida en defensa de su clienta una restricción perimetral, una decisión que recae en un juez de familia, y que luego deriva en que otro juez en materia penal la investigación de la agresión o si el denunciante cumple con esa medida; todo por separado. A veces hay hasta cuatro jueces interviniendo que no se comunican entre sí porque las causas se tramitan por separado", dijo a Crónica la abogada Raquel Hermida Leyenda.
"Hay que invertir en tobilleras electrónicas, una herramienta que avisa dónde se encuentra el agresor y permite su localización a la policía", agregó la abogada. Para Ada Rico, de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, es el Estado el que "debe profundizar las campañas de prevención y hacer efectivos los programas de acompañamiento para quienes están en un vínculo de violencia".
"Hay que desburocratizar todo el procedimiento, desde la denuncia y la instrumentación de la efectiva protección, como son las perimetrales y las restricciones de acercamiento", sostuvo Silvia Ferreira, de la organización Mumalá La abogada Alejandra Cabrera Germain destacó que las formas de recibir las denuncias a las mujeres víctimas de violencia de género "son muy inadecuadas".
En la ciudad de Buenos Aires, dijo, existe el Observatorio de Violencia Doméstica (OVD), que depende de la Corte Suprema de Justicia y funciona las 24 horas los 365 días. "Hay una atención eficaz", evaluó. Cabrera Germain comentó que en la provincia de Buenos Aires funcionan las Comisarías de la Mujer, que, a su criterio, "no cuentan con una atención permanente", como quedó expuesto en el reciente femicidio de Úrsula Bahillo.
"En el resto del país -aseguró- se vive un caos: no hay un seguimiento de las perimetrales ni registros unificados. Un agresor se muda y nadie sabe que tiene una perimetral", sostuvo la abogada. Algo hay que hacer ya. Los femicidios no se pueden naturalizar.