En torno al juicio por el crimen de Lucio Dupuy, el niño de cinco años asesinados a golpes, por cuya muerte están acusados su madre y la pareja de esta, Magdalena Espósito Valenti (26), y la novia, Abigail Páez (28), que recibirán la sentencia el próximo 2 de febrero, surgen más detalles del horror del que era víctima el menor que agonizó durante 19 minutos, la noche del viernes 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa, La Pampa.

Según consta en la investigación, Páez, la pareja de Espósito Valenti, el día que mató a Lucio a golpes, salió de su casa, situada en Allan Kardec 2385 de Santa Rosa, con el nene en brazos a las 21.26 horas de acuerdo a lo registrado en las cámaras de seguridad.

De ahí se dirigió a una salita de salud ubicada en el barrio Río Atuel para que reanimaran a Lucio, pero la misma estaba cerrada. Así fue que unos vecinos con los que se cruzó le realizaron tareas de reanimación, a las que el niño apenas reacciónó. Otros vecinos: Eduardo Mourino y su madre Lady Ester Soria, se acercaron y subieron a Páez y al nene a un auto y la llevaron al Hospital Evita, a donde llegaron alrededor de las 21.30.

Pese a los esfuerzos médicos del doctor Hugo Argüello, por salvarle la vida. Nada se pudo hacer. El profesional certificó su muerte: 21.45 horas. 19 minutos desde que Páez salió de su casa con el menor en brazos. 

Cuando el médico le preguntó a Páez qué ocurrió, ella respondió que había dejado a Lucio solo “por 15 minutos”, para llevar a la madre a su trabajo, y que cuando regresó el nene estaba golpeado. Una mentira que quedó expuesta ante el tribunal por el que declararon más de un centenar de testigos, y que seguramente pesará a la hora de definir la sentencia que pesará sobre las acusadas. 

Esa misma noche, Paéz y Espósito Valenti quedaron detenidas por el crimen de Lucio Dupuy. A las 2.28 horas de la madrugada del 27 de noviembre al allanar la vivienda en la que vivían las mujeres con Lucio, todo estaba revuelto como si hubiera habido un robo: una escena montada que a los pocos minutos cayó por su propio peso ante la evidencia contudente que reveló la historia de maltrato y abuso que sufrió Lucio, que constituye uno de los casos de infanticidio que conmueve al país, y que espera una condena ejemplar. Es que Lucio no sólo fue maltratado por su progenitora y pareja, sino que además ni la Justicia ni el sistema de salud advirtió el calvario que sufría el menor.

Al día siguiente de la muerte, su padre, Christian Dupuy (27), reclamó que nunca  “La Justicia nunca me escuchó, siempre favoreció a la madre por más abogados y mediaciones que realicé. Hoy pagó mi hijo”.

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