El juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa atraviesa la instancia de alegatos, la cual tuvo su primera jornada este miércoles con la exposición de la fiscalía y la querella, y se cerrará este jueves, con el turno de la defensa, tras lo cual, tanto los acusados como los padres del joven estudiante de derecho asesinado, podrán decir sus últimas palabras antes de conocer el veredicto de los jueces.

Esto significa que los ocho rugbiers imputados por el asesinato cometido el 18 de enero de 2020 en la localidad balnearia de Villa Gesell tendrán su última chance de expresarse, aunque en este caso, y a diferencia de las otras oportunidades, ya no tendrán validez jurídica.

Las denominadas "últimas palabras" son una garantía prevista en el artículo 368 del Código Procesal Penal bonaerense, que establece que, como último acto, el presidente o la presidenta del tribunal "preguntará a la persona imputada, bajo sanción de nulidad, si tiene algo que manifestar" y luego "cerrará el debate".

Sin embargo, no se trata de una declaración sobre los hechos imputados, como la que los acusados tienen derecho a brindar en cualquier momento durante la etapa de recepción de la prueba en el juicio, sino una instancia que ofrece la posibilidad de realizar alguna consideración breve una vez que hayan finalizado su actuación todas las partes y antes de que los jueces pasen a deliberar.

Será la última chance de hablar antes de la sentencia para Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).

En los casos de Viollaz, Benicelli y Comelli, será además la posibilidad de decir algo por primera vez desde que el juicio se puso en marcha el último 2 de enero, ya que son los únicos tres acusados que no rompieron su silencio durante las 13 jornadas de testimonios.

Como familiares de la víctima, también estarán en condiciones de decir unas últimas palabras los padres de Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa, aunque en su caso deberán solicitarlo sus representantes en calidad de particular damnificado, Fernando Burlando y Fabián Améndola.

Fuentes cercanas a la acusación particular indicaron que ambos padres tienen intención de hacer uso de ese derecho, y en caso de que la presidenta del tribunal, María Claudia Castro, lo permita, hablarán recién el jueves, cuando haya finalizado su alegato el defensor de los jóvenes imputados, Hugo Tomei.

Los alegatos se pusieron en marcha este miércoles desde las 9 en el primer piso de los tribunales locales, con la exposición de los fundamentos de los fiscales Gustavo García y Juan Manuel Dávila.

Luego llegó el turno de Burlando, y Améndola, y, por último, será los planteamientos de Tomei, junto con Eliana Pertossi, hermana de Ciro y Luciano, y prima de Lucas.

Los ocho jóvenes están acusados de ser coautores funcionales de ese delito, y también están imputados por "lesiones leves", por la agresión sufrida por los amigos de Fernando que trataron de ayudarlo frente al boliche "Le Brique" de Gesell.

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Por otra parte, la estrategia de Tomei esbozada durante el debate oral se basó en demostrar que el crimen del joven estudiante de abogacía fue en el contexto de una pelea, por lo que sus lineamientos podrían apuntar hacia un "homicidio en riña o agresión", que según el artículo 95 del Código Penal prevé una pena de entre 2 y 6 años de prisión.

Finalizados los alegatos de todas la partes, podrán expresar sus últimas palabras los padres de la víctima y luego los acusados, ante los jueces Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari.

Luego los magistrados darán a conocer la fecha de la sentencia, que se prevé que será el 30 o 31 de enero próximos.


El debate oral se extendió a través de 13 jornadas de presentación de pruebas y el testimonio de 87 personas, entre ellos familiares de la víctima y de los imputados, amigos de Fernando, testigos del ataque, policías, médicos, bomberos y profesionales de la salud.

Los ocho imputados aguardaban los alegatos alojados en la alcaldía de la Unidad Penal 6 de Dolores, donde fueron trasladados desde la cárcel Melchor Romero el 1° de enero, previo al inicio del juicio.

Los miércoles de cada semana recibieron la visita de sus familiares, quienes además les llevaron mercadería y elementos para el aseo personal.

La última semana la visita fue suspendida, ya que coincidía con la fecha del tercer aniversario del crimen de Fernando y los familiares estimaron que podría realizarse una movilización al penal, según le confirmó a la agencia de noticias Télam un allegado a los imputados.

Por otra parte, Graciela y Silvino, los padres del joven asesinado, aguardan los alegatos en la ciudad de Dolores, donde el último viernes repartieron la mercadería que fue donada durante el acto interreligioso que realizaron en homenaje a su hijo al cumplirse tres años de su homicidio.

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