Un entrenador de fútbol infantil fue condenado por un tribunal oral a 24 años y medio de cárcel por abusar sexualmente de tres niños en una escuela deportiva situada en el Barrio 31, de la zona porteña de Retiro.

Nelson Darío Medina, de 50 años y actualmente preso en el Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz, fue encontrado culpable del delito de “abuso sexual agravado por ser el imputado el encargado de la guarda (de las víctimas) con acceso carnal”.

La pena de 24 años y medio de prisión dictada en contra del entrenador había sido pedida por el fiscal del caso, Sandro Abraldes, y resultó seis meses más baja que la que habían pedido los abogados querellantes: María Florencia Linares, Christian Polleti y Hernán Pablo Vega.

El tribunal, integrado por los jueces María Cecilia Maiza, Juan María Ramos Padilla y Gustavo Goerner, dará a conocer los fundamentos de la sentencia el próximo 7 de abril de 2021.

Abraldes consideró en su acusación que Medina es “un agresor disfrazado de técnico de fútbol” que “llevaba a las víctimas a los mismos lugares para concretar los abusos y que buscaba esos sitios para garantizarse impunidad”.

Era un lobo cuidando a las ovejas, unas ovejas que carecían de todo”, indicó el fiscal.

Medina también amenazaba a los chicos -dos hermanos que declararon en Cámara Gesell y otro, que hoy es mayor de edad- para que no contaran el ataque al que eran sometidos.

Se acercaba a niños carentes de figura paterna y se ponía en ese rol como forma de lograr su propósito. (…) Llevaba adelante una estrategia de seducción y silenciamiento: utilizaba la manipulación y un sistema de supuestas recompensas y reconocimientos”, afirmó el fiscal.

El DT les regalaba a sus víctimas “botines, camisetas, plata y hasta, en una oportunidad, un teléfono celular" como parte de una maniobra "para mantener en silencio a los niños”, dijo Abraldes.

En su descargo, Medina negó la acusación y dijo que los hermanos habían sido abusados por otra persona. Además, argumentó que sufre una disfunción sexual y que por eso no podría haber violado a los niños.

La condena es inusualmente alta; el delito de homicidio, por ejemplo, tiene una escala penal que va de ocho a 25 años.