Una banda criminal, que comercializaba drogas en barrios de la zona oeste del Gran Buenos Aires, fue desbaratada tras una investigación de nueve meses y 20 allanamientos. Fueron detenidas ocho personas, entre ellas Javier "El Rengo" Pacheco, jefe de la organización y buscado desde hacía diez años.

El capo narco no vivía escondido un un lugar apartado, poco accesible. Se encontraba en una mansión del exclusivo barrio de quintas Parque Leloir, del partido de Ituzaingó.

Frente al imponente inmueble de la calle Gauchos de Güemes al 1900, agentes de la delegación San Isidro de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas quedaron impactos al ver autos de alta gama, como un BMW dorado.

La mansión, en su interior, tiene un microcine, una piscina con jacuzzi, mesa de póker para diez personas en el living y dos parrillas, una techada y otra descubierta, además de un mueble bar valuado en una cifra cercana al millón de pesos. En la planta alta, se encuentran las habitaciones y hasta un sauna seco en el baño en suite.

Para coronar la ostentación, un enorme busto del Increíble Hulk, uno de los superhéroes de Marvel, decora el cuarto donde dormía el hijo menor de Pacheco.

Los agentes investigaron durante meses los rastros de "El Rengo" y lo encontraron mientras comía en una parrilla de San Martín, donde fue grabado por cámaras de seguridad. Lo siguieron hasta su mansión de la calle Gaucho Güemes y lo detuvieron.

Había resistido durante diez años. “El Rengo” se había convertido en el último gran narco de San Martín en pie, luego de la condena a 27 años de prisión de Miguel Angel “Mameluco” Villalba, sinónimo de cocaína en el municipio. 

Así es por dentro la mansión de Parque Leloir

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