El rancho maldito en el que ocurren todo tipo de actividades paranormales
Abducciones, presencia de animales extraños y hasta mutilaciones de ganado se reportaron en la finca de Utah, Estados Unidos, llamada Skinwalker. Periodistas y científicos estudiaron los hechos por años. Creer o reventar.
En un terreno de 194 héctareas del condado de Uintah, en Utah, Estado Unidos se reportaron actividades paranormales desde hace décadas y aún hoy siguen sin tener una explicación racional.
Se trata del rancho Skinwalker, que se convirtió en centro de interés de investigadores y periodistas que trataron de encontrar una interpretación lógica para los insólitos sucesos que ocurrieron en la hacienda. Pero a pesar de los intentos todos llegaron a la misma conclusión: hechos sobrenaturales.
Entre los episodios más inusuales se destacan abducciones extraterrestres, inexplicables círculos en los cultivos, la presencia de animales extraños y hasta mutilaciones de ganado.
Según el pueblo Ute, originarios de la región los fenómenos están relacionados con una maldición de los indios navajo. Su mitológía cuenta que los navajo enviaron una criatura sobrenatural, que puede cambiar de aspecto y que es capaz de adquirir una forma combinada entre humano y animal, habita el lugar. Su nombre es Skinwalkers y sostienen que para castigar a los ute. De hecho, dicen que el Skinwalker vive en el Dark Canyon, más allá del rancho, dentro de una cueva de muchos siglos de antigüedad.
Unos de los últimos dueños del esas tierra fue el matrimonio Sherman.Terry y Gwen Sherman compraron el rancho en 1994 y fueron sorprendidos por una criatura parecida a un lobo al día siguiente de su mudanza. La particularidad de este animal radicaba en que era tres veces más grande que un lobo normal y estaba erguido sobre dos patas traseras.
Terry vio a la criatura atacar a un ternero y arrastrarlo fuera del corral. Inmediatamente sacó su rifle y le disparó, pero el animal siguió con su presa en la boca y se alejó en la oscuridad. Al parecer, ningún proyectil lo alcanzó, porque el hombre no encontró rastros de sangre sobre el suelo.
Ese episodio fue sólo el comienzo. Luego reportaron exóticos rugidos procedentes del bosque y luces que se movían por el piso y luego volaban por el cielo nocturno.
La situación para la pareja se tornó más inquietante cuando, según su relato, una mañana encontraron quemados a sus dos perros y aparecieron varias vacas desmembradas de forma quirúrgica, con el macabro detalle de que sus vísceras estaban dispersas sobre el suelo a modo de rompecabezas.
En 1996, los Sherman, cansados y aterrados, decidieron acudir a los medios para dar a conocer su versión. Tres meses más tarde, y gracias a la difusión del programa con su testimonio, el multimillonario Robert Bigelow, un aficionado de los ovnis, compró el rancho Skinwalker por 200.000 dólares.
Las investigaciones
Tras su adquisión, Bigelow invirtió una fortuna para investigar los fenómenos paranormales en la propiedad. Al punto que fundó el Instituto Nacional para el Descubrimiento Científico (NIDS).
El magnate creó un sistema de vigilancia las 24 horas del día para poder captar cualquier actividad extraordinaria que sucediera en el rancho. Sin embargo, no pudo reunir ninguna prueba física significativa que respaldara la oscura historia del sitio, ya que todos los equipos sufrían daños cada vez que ocurría un evento anómalo. Sólo pudo utilizar las interferencias repentinas, los cortes de señal y las averías de los dispositivos para apoyar su teoría de que los fenómenos paranormales de Skinwalker eran reales.
Dos científicos que trabajaron en NIDS, Colm Kelleher y George Knapp, escribieron el libro "A la caza del Skinwalker: la ciencia se enfrenta a lo inexplicable en un remoto rancho de Utah", en el que dejaron asentados los extraños sucesos que presenciaron en la finca.
En la publicación, Kelleher afirmó haber visto una gran criatura humanoide, la noche del 12 de marzo de 1997, que espiaba al equipo de investigación desde un árbol. El científico detalló que la figura estaba a unos 50 metros de distancia y que los miraba desde una rama de un árbol a seis metros del suelo.
“La gran criatura yacía inmóvil en el árbol. La única señal de la presencia de la bestia era una penetrante luz amarilla en sus ojos, que no parpadeaban mientras nos miraban fijamente”, contó Kelleher en el libro.
Documental
Con una duración de un poco más de dos horas, en 2018, se estrenó la película A la caza del Skinwalker. El documental incluye el material que publicaron Kelleher y Knapp en el libro homónimo de 2005, durante la investigación que realizaron sobre el rancho.
Según el documental, los miembros de la tribu Ute reconocieron que raros fenómenos de otro mundo ocurrían en la zona desde hace siglos. De hecho, desde que llegaron los primeros exploradores europeos, se registraron objetos extraños en los cielos de Utah. En 1776, el misionero franciscano Silvestre Vélez de Escalante, uno de los primeros que se adentró en América del Norte, escribió sobre unas inusuales bolas de fuego que aparecían por la noche sobre el campamento.
Nuevo dueño
Frustrado por no obtener ningún registro significativo, Bigelow vendió el rancho apenas tres años después de haberlo comprado. En 2016, el magnate de bienes raíces, Brandon Fugal, adquirió Skinwalker.
“Lo que realmente me interesó de esta propiedad fue una conversación que tuve con unos científicos que se me acercaron, en 2015, que habían estado asesorando a Bigelow. Me contaron que él había adquirido esta propiedad que supuestamente era el sitio de más actividad paranormal y ‘alta extrañeza’ que cualquier otro reportado en el país en ese momento”, dijo Fugal en una entrevista con la cadena KSL.
El empresario reunió a un equipo multidisciplinario de científicos e investigadores con la esperanza de revelar la verdad sobre los episodios inexplicables del rancho. “Durante cinco años, estuvimos registrando fenómenos que realmente desafían toda explicación natural. Pero, definitivamente, existe una inteligencia que vive en esta propiedad y que está interactuando con todos los que visitan Skinwalker“, aseguró.
En la actualidad, numerosas cámaras y sensores monitorean la finca las 24 horas del día para registrar cualquier suceso fuera de lo normal. Erik Bard, el investigador principal contratado por Fugal, tiene algunas teorías sobre el rancho. Por un lado, supone que Skinwalker está ubicado sobre algún tipo de fuente de energía o un portal que genera un cierto fenómeno interdimensional. Además, especula que una tecnología de origen desconocido podría estar involucrada, e incluso insinúa la presencia de una “inteligencia sensible, precognitiva y no humana”.
Avistamientos de ovnis
Joseph Hicks, quien estudió más de 400 reportes de ovnis en Utah desde principios de la década de 1950, señaló que la zona era utilizada para la experimentación gubernamental de tecnología desconocida.
Además, otros investigadores aseguraron que en el norte de Utah existen varias instalaciones militares secretas que ensayan con naves experimentales, y estas podrían ser la explicación de las extrañas luces brillantes que suelen ver los lugareños.
Un informe de NIDS del año 2002 sugirió que los ovnis observados por los residentes eran probablemente las naves de prueba del ejército norteamericano.
Como ninguna de las justificaciones anteriores fue confirmada o desmentida por el gobierno estadounidense, los insólitos sucesos del rancho Skinwalker permanecen como una incógnita.