Por Antonio Las Heras (*)
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Lucas Demare (1910-1981) es reconocido como un célebre director, guionista y productor cinematográfico argentino. Escribió y dirigió películas que han quedado en la antología de la cinematografía no sólo de nuestro país sino también a nivel mundial.

Largometrajes tales como La guerra gaucha, El cura gaucho, Su mejor alumno, La calle grita, Los isleros, Zafra y La Madre María están entre los más destacados. Pero lo que no es conocido de este notable creador son sus intereses e inquietudes por lo que hoy conocemos como “el mundo de lo paranormal.”

Como lo señalé en mi libro “Masonería en la Argentina: enigma, secreto y política”, Lucas Demare junto a Francisco Petrone, Florencio Sánchez, Homero Manzi y Roberto Casauz, entre otros, fueron maestros masones que constituyeron lo que los hermanos de la Orden dieron en denominar “la Logia de los Artistas”.

En 1941 fundaron Artistas Argentinos Asociados conformada, en su mayoría, por masones, por lo cual es entendible que hayan realizado películas que recordaran la obra de hermanos destacados como lo fue Domingo Faustino Sarmiento û quien llegó a ocupar el cargo de Gran Maestre en la Orden Masónica de la Argentina û en el largometraje titulado “Su mejor alumno” (1944), encarnado por un destacado maestro masón como lo fue Enrique Muiño, quien hizo construir su mansión de verano en las cercanías del cerro Uritorco en tiempos en que ninguno hablaba de que allí hubiera apariciones de OVNIS ni de seres extraños.

Lo mismo sucede con “La guerra gaucha” (estrenada en 1942) û dirigida por Lucas Demare û que está basada en una novela de Leopoldo Lugones (1874-1938) quien llegara a ser Pro Gran Maestre de la Orden Masónica de la Argentina; o sea el vicepresidente.

Pero hay otros temas que se encuentran en el ámbito de lo que hoy en día se conoce como “lo paranormal” ocurridos en vida de Lucas Demare que, hasta hace unos días, eran prácticamente desconocidos.

Su hija, la actriz y cantante María José Demare se encargó de revelar algunos de ellos durante una entrevista con Radio Cultura.

Allí, María José explicó que su padre era devoto de la Madre María Salomé Loredo y Otaola de Subiza (Ver recuadro Devoción por la Madre María). Por todo esto, no resulta raro que Demare haya sido quien hizo el guión junto con Augusto Roa Bastos y dirigió la película “La Madre María” (1974), interpretada magistralmente por Tita Merello.

Posteriormente, la hija de Demare comentó que su padre también practicaba el espiritismo; aunque nunca le brindó detalles al respecto. Por primera vez, María José reveló qué ocurrió al momento de la muerte de su padre, el 6 de septiembre de 1981.

En aquel momento, ella vivía en París, Francia. Unos amigos la invitaron a pasar un fin de semana largo en una playa y el lugar donde se instalaron no tenía teléfono ni aún existían los celulares. Repentinamente, sintió una gran congoja acompañada de un llanto inexplicable.

En apariencia no había motivo alguno para ese malestar, pero sintió la necesidad de regresar a París; aunque no podía explicarse la causa de esa sensación. Lo que sí sabía, explica María José, es “que algo había pasado, que no era algo bueno”.

Dos días después, le llega la noticia de que su padre û que estaba en Buenos Aires û había fallecido en el mismo momento en que María José fue invidadida por la congoja. Nunca pudo explicarse esa extraña coincidencia.

Los parapsicólogos si estamos en condiciones de hacerlo: se trató de un fenómeno extrasensorial de telepatía que suele producirse cuando algún ser querido está a punto de desencarnar.

Esa persona, en ese momento crucial, desea comunicarse con alguien a quien lo une afecto entrañable pero que no se encuentra cercano, eso provoca la apertura del factor parapsicológico y tiene lugar una transmisión telepática aún a grandes distancias.

A quien está dirigida la búsqueda de comunicación se le produce algún tipo de señal generalmente emotiva û aunque no consiga distinguir conscientemente qué es lo que se la está ocasionando. Demare falleció de un ataque cardíaco, a los 71 años de edad.

Antes de ocurrir el deceso, el hombre se encontraba en aparente buen estado de salud, sintió deseos de ir a dormir una siesta y, antes de ello expresó: “Cuando me despierte le escribiré una carta a María José”.

Su hija reconoció que en su vida le han ocurrido muchas cosas “medio extrañas por las que estoy segura que la vida no se termina acá” y agregó: “No me suena raro que yo haya vivido otras vidas; aunque no pueda explicarlo”.

MILAGROSA
DEVOCIÓN: POR MARÍA SALOMÉ

La hija de Lucas Demare, María José, explicó que su padre era devoto de la Madre María (María Salomé Loredo y Otaola de Subiza, 1854-1928) a quien en vida se le atribuyeron asombrosas sanaciones y que continúa siendo venerada en la actualidad.

De acuerdo a su relato, Demare solía llevar flores a su tumba que se encuentra en el Cementerio de la Chacarita. Allí fue dónde û siendo niña û le enseñó a María José la forma en que había que invocar a la discípula de Pancho Sierra û según lo que afirma la tradición popular û para que concediera las peticiones.

Y le aclaró que le pidiera lo que quisiese puesto que a él siempre le había cumplido todo cuándo le había solicitado. “Yo soy absolutamente devoto de la Madre María”, le confesó a su hija.

(*) Doctor en Psicología Social, filósofo y escritor. Magister en Psicoanálisis. Pte. Asoc. Arg. Parapsicología y de la Asoc. Junguiana Argentina.