Historias de locura, muerte y fantasmas en viejos hoteles argentinos
Como en la serie de Netflix, pero tomando como punto de partida casos que habrían tenido lugar en nuestro país, esta recopilación de relatos te pondrá los pelos de punta. Para leer de día y con gente al lado.
Por Marco Bustamante
El misterioso caso de la desaparición y fallecimiento de una joven en un hotel de Los Ángeles, regresó nuevamente a la primera plana de los diarios con el estreno mundial de un programa en el que se analizan los pormenores de la tragedia. Lo cierto es que los hoteles, no solo en Estados Unidos, sino que en todas partes del mundo, son lugares en los que frecuentemente ocurren cosas. En nuestro país tenemos cientos de historias de tragedias y fantasmas relacionadas con estos lugares de hospedaje.
Gran Hotel Viena
Esta imponente estructura de 9.300 metros cuadrados, que tuvo en su momento 74 habitaciones con 120 camas, está ubicado en un predio de 5 hectáreas al costado de la Laguna de Mar Chiquita, Córdoba. El hotel funcionó desde 1943 hasta 1947.
Hoy convertido en museo, es considerado el lugar más embrujado de Latinoamérica. Patricia Zapata, integrante de la Asociación Civil Amigos del Gran Hotel Viena, cuando es consultada sobre la actividad sobrenatural en el lugar dice: "Va más allá de cómo sale la luz en una foto o lo que aparece en ella. Una energía distinta recorre las habitaciones", afirma, y añade: "Están quienes creen y quienes no lo hacen. La compañía se siente en todo momento del día, no solo a la noche".
Zapata recuerda a Martin Kruegger, el alemán de suma confianza que los dueños dejaron a cargo del hotel cuando éste cerró por un tiempo. Al parecer, el guardia murió en el mismo edificio del hotel. No hubo autopsia y fue enterrado en el cementerio de Miramar. "Hay gente que cuenta que escuchó sonidos en este cuarto y vio sombras, posiblemente de él o de la mujer", explica, en referencia al supuesto romance con una mujer de nombre Anna.
Gran Hotel Edén
El Hotel Edén desde su nacimiento, a fines de siglo XIX, fue y es uno de los hitos fundamentales del desarrollo turístico del Valle de Punilla, de la Provincia de Córdoba.
En sus escaleras de mármol de Carrara quedaron plasmadas las huellas de la aristocracia nacional: visitas de Presidentes de la República Argentina y personalidades de reconocida trascendencia mundial como el poeta Rubén Darío y el sabio Albert Einstein. Contaba con 100 habitaciones, 38 cuartos de baño, un gran salón comedor para 250 personas, un comedor auxiliar para niños y personal, un salón de fiestas, sala de lectura, escritorio, dos jardines de invierno, salón bar, galería cubierta y dos balcones desde los que se apreciaba el magnífico parque con su fuente de mármol con dos leones a cada lado.
La actividad sobrenatural en el lugar se vive prácticamente a diario. En unas habitaciones de la planta superior habitaría el espíritu de una pequeña que murió por tuberculosis. Otra figura recurrente que se deja ver es la silueta de una mujer que, al ser comparada con fotos de época, resulta tener un parecido notable con una de las primeras dueñas del lugar: María Krautner.
Hotel Argentino de Punta Indio
El viejo hotel Argentino era un lugar extraño. Abandonado a su suerte durante décadas, se mantenía en pie hasta hace poco. Estaba ubicado en la costa del Río de la Plata, más precisamente en la localidad bonaerense de Punta Indio.
Raúl Sosa, conocido por todos como "el Chaqueño" por haber nacido en la provincia norteña, vive desde hace años en el lugar. Conocía el Hotel Argentino desde hace años; en alguna ocasión llegó a desayunar, cuando todavía los salones eran atendidos por elegantes señores vestidos de frac. También recuerda con nitidez el momento en que fue clausurado.
De ahí en más la historia se vuelve oscura: entre sudestadas y ladrones, fue viendo cómo desmantelaron la estructura. Tiene 83 años y todavía suele ir en su viejo 504 oxidado a pescar al sitio. Conoce como nadie a la gente de la zona y también a los fantasmas, que según nos cuenta son muchos. Asegura que custodian un tesoro oculto en un piso que quedó sumergido por el barro.
Club Hotel Sierra de la Ventana
Inaugurado en 11 del 11 de 1911, fue el hospedaje más lujoso de Latinoamérica. Al principio era un lugar de reunión de la alta sociedad argentina y con el tiempo se convirtió en un centro rehabilitación para soldados nazis.
De las griferías de oro y plata, las alfombras de Persia y el mármol de carrara de sus 150 habitaciones ya no queda nada. La actividad paranormal del lugar está centrada en un sótano que funcionaba como depósito, a un costado de la galería principal.
Dicen los que viven en la zona, que se escuchan muchos ruidos. Son como sonidos agudos y nada agradables, como ecos que llegan y se van rápidamente. Se cuenta que los nazis bajaban al sótano y prendían fuego. En el sótano, dicen los lugareños, permaneció la estela de su horror y las voces de ese pasado, todavía resuenan en el oscuro agujero.
Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud
El imponente “Mar del Sud” está emplazado al sur de Miramar, y su construcción data de más de cien años. La mole de 4500 m2 y 76 habitaciones es impresionante y esconde una terrorífica historia.
Según cuentan los conocedores del edificio, en 1891, un grupo de colonos judíos llegó hasta este lugar y la primera noche que estuvieron se largó un vendaval. Sin tener dónde ir, fueron a parar al obrador del hotel, pero murieran varios. Los cadáveres de las desafortunadas personas, tuvieron que ser llevados al sótano del hotel y permanecieron en el lugar durante 10 días. Cientos de personas aseguraran verlos y escucharlos en los abandonados pasillos.