Las historias paranormales ocurren en varios ámbitos, sin embargo, uno de los puntos más comunes en este tipo de relatos están situados en los geriátricos, debido a que en la mayoría de las anécdotas sobre estos lugares donde vivieron personas mayores se cargan de oscuridad. 

En el geriátrico de Alcalá de Guadaíra, en la ciudad de Sevilla, en España, según una investigación del periodista e investigador especializado en el mundo esotérico, Jose Manuel García Bautista, “aún siguen pasando cosas en su interior” luego de que una enfermera aseguró que un paciente recién fallecido le rozara el brazo. 

Un ex empleado del geriátrico, cuya identidad se mantiene reservada, manifestó que en ese lugar tienen problemas “con una habitación en la que hubo un interno que falleció”, a quien describió como un señor mayor que se estaba muriendo de pena porque apenas lo visitaba alguien.

Geriatrico de Alacalá
Una de las habitaciones del geriátrico abandonado de Alcalá

Las situaciones paranormales luego del fallecimiento

El empleado del geriátrico explicó que luego del fallecimiento del interno dispusieron el protocolo requerido en el lugar y al día siguiente comenzaron a limpiar la habitación y recoger los objetos personales para entregarlos a la familia. 

“Una compañera estaba dentro del cuarto y sintió cómo alguien la tocaba. Quedó espantada y trató de calmarse, pero la volvieron a tocar y salió espantada gritando que algo la había tocado por dos veces. Nadie se rio, todos nos quedamos serios porque no era la primera vez que sucedía algo así”, explicó. 

La habitación quedó vacía tras este suceso, sin embargo, con el correr de los días seguían llamando a los empleados del lugar a pesar de que el llamador que tenían los pacientes no había quedado trabado y estaba todo normal. 

“Lo peor de todo fue una noche que estaba ya todo apagado, en ´modo descanso´ y entonces se encendió la luz de ese cuarto que no tenía pacientes. Fui a ver qué pasaba y al entrar me vino un olor muy fuerte, comprobé las ventanas, al volverme vi claramente una sombra, salí corriendo de allí y llamé a seguridad", recordó el empleado. 

Según el vigilador del lugar, cuando ingresó no había nada llamativo, a pesar de que varios trabajadores del geriátrico habían sentido una presencia extraña dentro del mismo espacio y estuvieron “muy mal los días siguientes”.

“Otro compañero vio una sombra aquella misma noche en esa misma habitación y también estuvo muy mal. Él vio cómo se movía alguien (o algo) en la penumbra de la habitación; creyó que era otro paciente y entró allí a ver de quién se trataba, pero no había nadie", detalló. 

Además, subrayan que una enfermera ingresó a asear la habitación porque un nuevo paciente iba a ingresar, pero sintió que cerraron la puerta y una voz que decía “mi medicina”.