Por Prof.Antonio Las Heras
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Innecesario presentar a Victoria Ocampo (1890-1979): escritora, traductora, viajera incansable, creadora de la revista y editorial Sur, primera mujer miembro de la Academia Argentina de Letras, directora del Fondo Nacional de las Artes, que además estuvo vinculada con muchas personalidades de la cultura y la política de aquí y del mundo.

Empero, hay un perfil de esta notable personalidad nacional muy poco conocido. Nos referimos a su interés por la espiritualidad y los temas que en la actualidad, aunque ya desde hace mucho, conocemos con la denominación de "fenómenos paranormales". Por eso mismo, nos ha parecido conveniente indagar al respecto, y los resultados han sido, a la vez, sorprendentes y por demás interesantes, sobre un aspecto desconocido en la vida de esta notable escritora argentina. Veamos.

Adolfo Bioy Casares, Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges en 1935.

Comencemos por señalar que el 30 de noviembre de 1961 aparece, por Editorial Sur, la primera edición en castellano de "Sobre cosas que se ven en el cielo", el último libro escrito por el notable Carl Gustav Jung. En el texto de solapa, aprobado por Ocampo, se lee textualmente: "Jung analiza con rigor científico los diversos relatos respecto a objetos voladores no identificados, pasa luego a considerar sueños en los que se manifiestan imágenes que corresponden evidentemente a los platos voladores cuya presencia se ha denunciado en la vigilia y examina después composiciones pictóricas vinculadas con la cuestión". Sí. Este libro de Jung trata sobre ovnis.

Sobre la cuestión de la vida extraterrestre hallamos en "Testimonios VIII" (1969) esta sugerente frase: "Nos convertiremos en lugar de turismo para otros astros (más dignos de sobrevivir), cuyos imprevisibles moradores vendrán a contemplar nuestras ruinas". En el mismo libro hallamos, en lo que hace a su correspondencia con Aldous Huxley, referencias a experiencias vivenciales parapsicológicas (en especial, fenómenos extrasensoriales) y de temas espirituales.

Victoria Ocampo también fue creadora de la revista y editorial Sur.

Ocampo también tenía sus conocimientos en astrología, como surge de estas palabras suyas referentes a la revista Sur: "à una obra común donde mi papel ha sido el de aportar algo proveniente de la casualidad, ese tesón que debo a los signos de Aries y Capricornio". Las cuestiones de aquello que la sabiduría popular denomina "sexto sentido" tampoco le fue ajeno. En su ensayo "Tagore en las barrancas de San Isidro" la escritora explica que tiene "una despertada intuición que recibo a manera de antena". En esa misma obra hallamos este otro pensamiento que transparenta sus convicciones espirituales: "En el momento en que percibimos que la aparente trivialidad de lo finito es tan falsa como el aparente vacío del infinito, estamos próximos a dar por cierto que todo en la tierra es palabra de Dios."

Y en otra oportunidad escribe: "¡Dios que no quieres ponerme a cubierto de nada y que no temes ni me reprochas el olvido en que te dejo! ¡Dios que saber que hacia ti sólo vamos por los caminos de la libertad! ¡Dios que me entiende y a quien yo no entiendo!".

Victoria Ocampo también se volcó al estudio de la espritualidad. 

Tan informada estaba sobre los asuntos paranormales que, en una carta al filósofo José Ortega y Gasset (1940), se refiere a las conveniencias de visitar los lagos del sur y agrega: "No me extrañaría nada encontrarme allí con un plesiosaurioà". Victoria conocía esta entre historia, mito y leyenda de la existencia de una familia de criaturas antediluvianas en aquellos espejos de agua. Ocampo había leído y estudiado con fruición el libro "An experiment with time", en español, "Un experimento con el tiempo", publicado en 1927 por John William Dunne.

Se trata de un texto dedicado al fenómeno parapsicológico de precognición, conocimiento cierto de un hecho futuro que no puede ser conocido por razonamiento, deducción ni inferencia lógica, y las dificultades que aborda la forma en que los humanos percibimos el tiempo. También conoció las ideas sobre el karma, aclarando que lo había de tres formas: hereditario, kármico y consciente. Supo de la primera institución dedicada a la investigación de lo que, por entonces, era conocido como "fenómenos ocultos": The Society for Psichical Research, creada en Londres a fines del siglo XIX. La menciona en su libro "Domingos en Hyde Park", que publicó en 1936, donde también habla sobre teosofía, antroposofía y ocultismo. Los nombres de Krishnamurti, Rudolf Steiner y Annie Besant aparecen allí citados.