Por Marcelo Peralta Martínez
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La festividad más antigua de Tucumán se prepara, en plena pandemia del coronavirus y bajo estrictos protocolos, para celebrar a la Madre Tierra. Será del 20 al 25 de febrero, cuando la localidad de Amaicha del Valle rinda culto a la Pachamama, a la vida y la naturaleza. Una fecha en la que se rinde tributo a la gloria universal, con danzas, cantos, comidas, preparaciones y artesanías típicas de zona, para homenajear a la Madre Naturaleza.

En detalle

Etimológicamente su nombre se debe a “pacha”, un término aimara y quechua que quiere decir “tierra, mundo, universo, época o tiempo” y “mama”, que es madre. La Pachamama es una divinidad andina a la que se le realizan ofrendas en las ceremonias agrícolas y ganaderas. No está de más citar que está directamente asociada a lo femenino y el espíritu de la Tierra.

Para los pueblos indígenas de los Andes significa también el núcleo del sistema de creencias de actuación ecológico-social. Por último, en otros países de América Latina como Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia también se celebra el ritual a la Madre Naturaleza.


Cultura ancestral

En la 73° edición de esta fiesta, Amaicha del Valle se prepara para homenajear a la Pachamama, dentro la de la nueva normalidad, como nunca antes. Según informaron fuentes de la organización, el escenario se situará frente al anfiteatro comunal, a 200 metros de la plaza principal de la comuna, donde brindarán sus diferentes shows y presentaciones artistas locales, representantes de varias provincias y grupos de ballet folclóricos.

Cabe recordar que el Ente Tucumán Turismo declaró de interés turístico a la Fiesta de la Pachamama, que reunirá a visitantes locales y extranjeros, quienes se aventurarán a vivir una experiencia única siendo testigos y partícipes.

Pura tradición

La Fiesta Nacional de la Pachamama es una histórica celebración que se realiza en Tucumán desde hace más de 60 años. De todas formas, sus orígenes se remontan a épocas ancestrales, cuando la comunidad se reunía para agradecer a la madre tierra, a través de ofrendas (generalmente comida) los obsequios que ella entregaba durante el año, ininterrumpidamente.

El festival se efectúa todos los años a fines de febrero, en simultáneo con las fechas de Carnavales y siempre cuenta con la participación de gauchos, sus asociaciones, grupos folclóricos locales y nacionales y se destaca la selección de personalidades tucumanas encargadas de cuidar a la Madre Naturaleza, hasta la siguiente celebración. Asimismo se elige a la Ñusta, nombre quechua para las Reinas o Princesas en el Imperio Inca, en este caso de la Pachamama.

Ella era virgen e hija del inca. También se elige el Pujllay, el espíritu del Carnaval diaguita-calchaquí y que originalmente fue una especie de divinidad protectora de la agricultura, del cultivo del maíz, el cereal que dio vida y fundamento a la civilización incaica. Así, la celebración de la Madre Tierra es muy importante para los vecinos del norte argentino y por eso otra vez agradecerán los frutos de la naturaleza, a través obsequios y tributos a modo de ofrendas.

¿QUÉ SE CONMEMORA?
EL ORIGEN DE ESTA MILENARIA FESTIVIDAD


Cualquiera de nosotros escuchó alguna vez la palabra “Pachamama”. Algunos podemos tener una noción de “quién es”, “qué es” o “de que se trata” esta mítica palabra, pero muchos más pueden no saber nada al respecto de su existencia. Madre Tierra, Madre Naturaleza, Pachamama o Pacha Mama es el nombre de una diosa venerada por los pueblos aborígenes de los Andes.

Para la cultura inca, es también la diosa de la fertilidad. Es decir quien preside sobre la siembra y cosecha anual, que también puede generar fuertes terremotos y hasta aparecer personificada en valles y montañas. Por todo esto, esta divinidad es homenajeada todos los años, cuando la gente le rinde tributo y ofrendas como agradecimiento a todo lo que provee sin pedir nada.