Puede parecer sorprendente, a muchos, que el creador de la teoría de la relatividad haya ocupado tiempo de su vida en expericias parapsicológicas; pero así fue y está muy bien comprobado.

En efecto, una serie de socumentos privados al conocimiento público en el año 2005, para ser exhibidos en la exposición "Albert Einstein, ingeniero del Universo", demuestran que el sabio participó en experimentos durante 1930, antes de abandonar, para siempre, Alemania.

Einstein había recibido el Premio Nobel de Física en 1921. En aquella exposición, organizada por el prestigioso "Instituto Max Planck de Historia de las Ciencias", había un apartado, que no fue muy tenido en cuenta por las miles de personas que visitaron aquella muestra, referido a los intereses que Einstein tuvo hacia lo que denominó "las fuerzas invisibles".

Llegado a este punto, es muy interesante señalar que esa era la misma expresión que usaba Leopoldo Lugones para referirse a una serie de temas de lo que, hoy en día, se conocer como parapsicológicos.

Y destacamos esto por la sencilla razón de que el autor de "Lunario sentimental" y Einstein, fueron muy amigo, otorgándose gran respeto mutuo. Es más, para que se concretara la visita del físico a la Argentina -ocurrida durante marzo y abril de 1925- mucho tuvo que ver la amistad de ambos.

"Esto de la clarividencia es una locura", escribía Einstein al médico Heinrich Zangger, tras participar en una sesión con una vidente sobre la que se refirió definiéndola como "una mujercilla de 55 años (a quien) se le entrega alguna joya, lápices o un reloj de bolsillo. Ella toma un objeto, lo palpa (y dice) 'usted tuvo una intoxicación con gas' o 'usted trabaja en una gran casas y es temido por sus subalternos'. Y así sigue, con gran exactitud. Hasta allí los hechos, aquí la razón, ambos en un dilema sin esperanzas", comentaba Einstein.

En un escrito del 15 de febrero de 1930 relata Einstein una sesión experimental con quien, entonces, se conocía como un "matagrafólogo", Otto Reimann, residente de Praga. El encuentro había sido organizado por la Sociedad Médica Alemana para la investigación parapsíquica.

El sabio asistió con su esposa Elsa y otro familiar no idenficado a los que se le sumaron unos destacados catedráticos. A Reinmann le fue entregada en esa oportunidad, una esquela escrita por Einstein sin que el gafóloco conociera la identidad del autor del texto.

A través del manuscrito, según consta en el documento, ocnsiguió describir la personalidad del científico, a quien reseñó como un hombre que "no adolece para nada de complejos de inferioridad, tiene por naturaleza una desconfianza extraordinariamente fuerte, es accesible a los mejores conocimientos, sugre bajo enormes tensiones y quiere rendir más de lo que puede".

De acuerdo a lo que ha podido comprobarse, Einstein formó parte en aquel 1930 de varias sesiones parapsicológicas con varones y mujeres autodenominados "videntes" (lo que en Parapsicología llamamos "paragnosta": es decir, aquel individuo que manifiesta la producción frecuente de fenomenología extrasensorial), de cuyos resultados se mostró profundamente impresionado e interesado por mayores investigaciones y estudios.

De tales indagaciones, realizadas por Einstein, hasta el presente parece no haber quedado registro alguno. Tengamos en cuenta que dos años después tuvo que abandonar definitivamente Alemania ante el inminente ascenso al poder del nazismo, emigrando a los Estados Unidos donde vivió hasta que falleció en 1995.

Einstein participó en The Society For Psychical Reseach

Puede llamar la atención el interés de Einstein por este tipo de acontecimientos. Pero no debiera ser así pues desde fines del siglo XIX, con la fundación en Londres de The Society for Psychical Reseach, y hasta entrada la década del 30' del siglo XX, fueron muchos los científicos que ocuparon su tiempo en buscar respuestas a estos enigmas.

Tal es así que en 1919 un grupo de académicos de sólido prestigio científico y universitario fundaron, en Berlín, la Sociedad Alemana de Ocultismo con la finalidad, que quedó largamente expresada en el estatuto de dicha asociación, de invertigar si tales fenómenos podían ser incluidos en el "amplio campo de las ciencias exactas".

Precisamentente esa rama fue la que cautivó un muy aplicado Einstein, una de las mentes más brillates que surgieron en el devenir del siglo pasado, y cuyas teorías aún hoy son motivos de estudios y análisis, además de enorme admiración.

Además de las matemáticas, la física y como ya hemos visto, otras ciencias, Einstein también cultivó la música, ya que ejecutaba bien el violín.