Un hombre fue fusilado por haber violado a su hijastra de 3 años, quien murió por las heridas sufridas.No está claro cuándo sucedió el hecho, pero los jueces dijeron que la víctima falleció el miércoles de la semana pasada.

No está claro cuándo sucedió el hecho, pero pero ese mismo día el acusado, identificado como Hussein Adan Ali, de 28 años, fue atrapado y juzgado.

El macabro hecho ocurrió en el estado de Jubaland, en el sur de Somalia y la audiencia del tribunal, ubicado en la ciudad de Dhobley,  que lo declaró culpable fue transmitida por el canal de televisión local, mientras que la nacional publicó la foto de Ali en Twitter.

Los encargados de impartir justicia fueron los ancianos de un clan tradicional y los funcionarios de la corte, antes de su sentencia, examinaron las pruebas.

Según estos últimos, Ali estaba masticando hojas de qat (una planta con una acción estimulante) cuando violó a la niña. Según indicaron , esa planta también puede producir sensaciones de júbilo, suprimir el apetito y provocar períodos de insomnio, además de producir una sensación de calma si se mastica durante unas pocas horas.

Vestidos con ropa tradicional, los ancianos emitieron su fallo: pena de muerte, una sentencia estaba permitida por la ley islámica. La transmisión no mostró si los abogados si estaban presentes durante la audiencia o si al imputado le fue dada la posibilidad de apelar.

EL acusado frente al pelotón de fusilamiento.

Violaciones y ejecuciones en Somalia

Esta no es la primera vez que un caso de violación en Somalia cobra trascendencia internacional. El año pasado dos hombres condenados por violar y asesina a una niña de 12 años, un crimen que en su momento provocó airadas protestas, también fueron fusilados.

El 25 de febrero de 2019, el cuerpo sin vida de Aisha Ilyas, de 12 años, violada en grupo y torturada hasta la muerte, fue hallado en las inmediaciones de su casa en la ciudad de Galkayo, en Puntlandia.

Un año después. dos de los tres acusados del crimen, Abdifatah Abdirahman Warsame y Abdishakur Mohamed Dige, fueron ejecutados en una plaza pública de la ciudad costera de Bosaso en presencia de la familia de la víctima.

Esa fue la primera vez en su historia que Somalia recurrió a pruebas de ADN antes de la condena. Este suceso prendió entre una población hastiada y generó protestas en Puntlandia donde, al igual que en el resto de Somalia, los casos de violación son algo “normal, según denunció entonces la organización Human Rights Watch, al enfatizar que los perpetradores no son juzgados habitualmente.

La violación y el asesinato son delitos castigados con la pena capital en Somalia.

Este país del Cuerno de África vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando un golpe de Estado derrocó al dictador Mohamed Siad Barre, lo que lo dejó sin un Gobierno efectivo y en manos de señores de la guerra y milicias islamistas como el grupo Al Shabab.