Vio el éxito poniendo su voz en Los Simpson y ganaba millones, pero su esposa lo mató mientras dormía: el trágico final de Phil Hartman
Habría sido una leyenda en el mundo de la comedia. La mujer se interpuso en el mejor momento de su carrera. Conocé su historia.
Fue el 27 de mayo de 1998, en Los Ángeles. Phil Hartman, un hombre con talento innato para la voz, llegó al mejor momento de su carrera cuando arribó la oportunidad de trabajar en Los Simpson. Brynn Omdahl, su mujer, se interpuso en el camino. Bajo el efecto de drogas y alcohol, tras una fuerte discusión, lo fue a buscar al cuarto con un revolver y lo mató mientras dormía.
La mujer tenía 40 años. Llegó a su casa borracha y drogada. Había ido a un bar. En su casa la esperaba su esposo, un comediante en ascenso que le recriminaba su estado. Allí se desató una discución donde hubo gritos y amenazas, donde el le pidió el divorcio y se fue a acostar. En ese momento fue cuando sola y desmparada recurró a las pastillas, y a las 3 de la mañana tomó el revólver que tenían escondido en la casa y le disparó mientras dormía.
Brynn Omdahl era modelo de trajes de baño y aspirante a actriz de televisión y cine. Como resultado de unas poquitas citas, en el 87 Phil y Brynn se casaron muy enamorados. A los meses tuvieron a su hijo Sean y cinco años después, cuando vivían en Nueva York, a Birgen. Desde un primer momento Brynn mostró indicios de que algo entre ellos no funcionaría, producto de la diferente sintonía entre ambos: el, una estrella en ascenso, y ella, cargada de frustraciones.
Sin embago, Hartman hizo varios intentos para que su esposa se hiciera conocida. Intentó ubicarla en un show de Saturday Night Live, pero los directores no la querían. También escribió el guión de una serie en donde actuarían juntos y los productores a los que se lo presentó no lo aceptaron. La constante frustración la llevó Brynn empezó a tomar alcohol, a aspirar cocaína y a excederse con las cirugías estéticas.
El matrimonio
En 1998, el matrimonio fue un completo desastre. Se vivían peleando y ella terminó en un centro de rehabilitación por su adicción a las drogas y el alcohol. Duró cuatro días porque se escapó. Él no la quería ver y por eso se la pasaba viajando y fumando marihuana. Las peleas eran frecuentes y en cada una se amenazaba con el divorcio.