Una multitud de turistas e ingleses se concentraron frente al palacio de Buckingham, en Londres, tras la confirmación oficial de la muerte de la reina Isabell II. En las últimas horas, decenas de personas habían llegado al lugar después de que los médicos expresaran su preocupación por la salud de la monarca.

Frente al hogar de la realeza británica se pudo observar a varios ciudadanos conmocionados por el fallecimiento de la reina a sus 96 años. Se espera que durante las próximas horas el sitio esté colmado de turistas y medios de la prensa internacional.

Tras el anuncio del Palacio de Buckingham que confirmó la peor noticia, seguidores de la familia real comenzaron a dejar decenas de flores en la entrada, como indica la costumbre inglesa ante un fallecimiento en la nobleza.

Así como suele ocurrir ante bodas, nacimientos y recientemente para celebrar los 70 años de la monarca en el trono, turistas y británicos se reúnen en los alrededores del palacio para ver pasar a los miembros de la realeza. Esta tradición también se lleva a cabo en los momentos más tristes, tal como ocurrió tras la muerte de la princesa Lady Di, madre del duque de Cambridge, Guillermo, y el duque de Sussex, Enrique.

El fallecimiento de la soberana puso en marcha la llamada Operación Unicornio, el plan de contingencia previsto si Isabel II moría en Escocia, para llevar el cuerpo a Londres. De acuerdo a lo establecido, se organizará en Londres una capilla con el féretro de la reina para que los ciudadanos puedan despedirse de ella.

Tras su muerte, el príncipe Carlos será el nuevo rey y permanecerá en el castillo de Balmoral junto a su esposa, la reina consorte Camila, hasta regresar mañana a Londres.

A medida que pasan las horas aumenta el número de personas frente al palacio de Buckingham.

“La reina murió en paz en Balmoral en Escocia esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana”, dice el comunicado difundido por Buckingham.

Sus doctores habían anunciado esta misma mañana que había sido colocada bajo supervisión médica tras haber sufrido un deterioro de su salud, a la vez que se mostraban “preocupados” por su estado. A lo largo del día, los miembros de la familia real se trasladaron de urgencia a Balmoral para dar su último adiós a la reina.