El lunes a la medianoche, Miami impuso el estado de emergencia y un toque de queda para intentar contener la violencia desatada en los últimos días, en los que hubo tiroteos y heridos, cuando miles de jóvenes arribaron a la ciudad costera desde todos los rincones de Estados Unidos para las vacaciones de primavera o “spring break”.

El toque de queda, que entrará en vigor desde este próximo jueves y se mantendrá hasta el siguiente lunes, regirá entre las cero horas y las seis de la mañana.

Alina Hudak, la administradora de la ciudad, explicó que la medida abarcará todo South Beach, desde Biscayne Bay hasta el Océano Atlántico, y desde South Point Drive hasta la calle 23.

Por su parte, la policía restringirá el acceso a esa zona para las personas que no sean residentes y para aquellos individuos que no tengan negocios en el área después del toque de queda.

La zona restringida es una de las más turísticas de la ciudad e incluye los sitios tradicionales de la avenida Lincoln Road y Ocean Drive, que son muy visitadas por los argentinos.

El lunes a la madrugada dos mujeres resultaron heridas de bala, precisamente en Ocean Drive. Aunque las víctimas no presentaban riesgo de vida, fueron derivadas a un hospital local, dónde se sumaron a otras tres personas que habían sido hospitalizadas el domingo a la madrugada por heridas de arma de fuego.

Ocean Drive, la avenida repleta de bares y discotecas, es el punto de encuentro de los miles de jóvenes que llegaron desde todo el país para sus vacaciones de primavera. En el período de “spring break”, cada universidad ofrece aproximadamente 10 días de descanso a los estudiantes. Por esta razón, el turismo juvenil ocupa buena parte de marzo y comienzos de abril, y tiene a  Miami Beach como uno de los destinos favoritos.

Dan Gelber, el alcalde de Miami Beach, lamentó el número de recursos de efectivos policiales que las autoridades tuvieron que desplegar por los desbordes. “Nuestra ciudad ha pasado el límite. No queremos aquí el Spring Break, pero la gente sigue viniendo”, dijo.

En el mismo sentido, el alcalde aseguró que el turismo de los jóvenes es un dolor de cabeza. “No lo pedimos, lo promovemos ni lo alentamos. Simplemente, lo soportamos”, manifestó.

Por esta razón, además de aumentar la presencia policial en las zonas más concurridas, Gelber prohibió la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en Miami Beach del 7 al 21 de marzo a partir de las 2 de la madrugada.

Por su parte, Richard Clements, el jefe de la policía local, señaló que en las últimas cuatro semanas los agentes decomisaron más de un centenar de armas de fuego, de las cuales 75 fueron el pasado fin de semana.

El año pasado, la ciudad impuso un toque de queda a partir de las ocho de la noche y cerró sus principales calles a los vehículos que ingresaban a la ciudad. En 2021, el “spring break” dejó el saldo de una persona muerta y más de mil detenidos, además del secuestro de drogas y un centenar de armas de fuego.