Después de un enorme y fácil encuentro, la Albiceleste se consagró campeona del mundo luego de 36 años. Se trata de la tercera estrella para la Selección y la primera en el torneo para el astro rosarino que, a los 35 años, perdió su gran sueño, como Maradona en 1986.

Finalmente, el fútbol hizo justicia. Argentina hizo magia con sus propios botines. Lionel Messi tiene la foto que mereció toda su brillante carrera: con la casaca albiceleste y la Copa del Mundo en sus manos. 

La Selección se impuso 4-2 por penales ante Francia (tras igualar 3-3 en los 120 minutos) en el estadio Lusail y se consagró campeón del Mundial de Qatar 2022. A los 35 años, en el quinto intento del capitán (autor de dos goles; el restante de Di María), la pared se rompió.

Los fanáticos de Argentina estallaron en un grito de júbilo. El país, paralizado desde hace un mes para seguir a su selección en Qatar, vive uno de los momentos más inciertos de los últimos años, política y económicamente. 

Sin embargo, ha dejado atrás cualquier inquietud y se ha unido en torno al conjunto de Scaloni y, más aún, a la figura de Messi. Primero la posibilidad de lograr la tercera Copa del Mundo y ahora la certeza del triunfo han movilizado al país. Desde Buenos Aires, Federico Rivas y Mar Centenera, cuentan cómo viven este día los argentinos.

Ha sido lo más parecido a una explosión. Esta pequeña esquina de Palermo contuvo la respiración y los nervios durante 120 minutos. Lloró luego con los penales, gritó con toda la fuerza las dos atajadas de Dibu Martínez y entró en éxtasis cuando Gonzalo Montiel la embocó bajo los tres palos. Entonces llego otra vez el llanto.

La sensación de que una derrota sería la cosa más injusta del mundo cargó la bomba del desahogo. Ha sido la metáfora de un país entero: acaricia el triunfo, se hunde, vuelve a resurgir, vuelve a caer. Aún espera el triunfo definitivo, porque al final un país no es un partido de fútbol.

La gente sale poco a poco de sus casas y puebla la calle. Pronto no se podrá caminar por las principales avenidas, de tanta alegría. Estallará el Obelisco, el epicentro de las celebraciones porteñas. La fiesta durará días.