Jueces de Georgia y Michigan y la Corte Suprema de Pensilvania rechazaron este jueves pedidos de la campaña de reelección del presidente Donald Trump para detener el escrutinio en esos estados clave y poder fiscalizar el conteo, un fuerte revés que, sin embargo, no afectó las constantes denuncias del mandatario.

En medio de la serie de decisiones judiciales, la campaña de Trump emitió un comunicado para dejar claro que seguirá adelante con su estrategia de judicialización de los resultados: "Si cuentan los votos legales, ¡fácilmente gano la elección! Si cuentan los votos ilegales y tardíos, ¡nos pueden robar la elección!"

Primero, un juez de Georgia rechazó el recurso presentado por la campaña de Trump y del Partido Republicano local para desechar los votos en ausencia recibidos por correo y fiscalizar que todas las leyes se están cumpliendo en el escrutinio.



En Georgia, apenas faltan escrutar unas decenas de miles de votos y las diferencia a favor del mandatario es apenas mayor de 13.500. De no lograr frenar o cuestionar el escrutinio en las cortes, la pequeña diferencia aún le permitiría a la campaña oficialista pedir un recuento.

Horas después, la jueza Cynthia Stephens de Michigan rechazó un pedido similar de la campaña oficialista por considerar que toda la evidencia presentada eran solo "rumores", informó el canal de noticias Fox.

En paralelo, la campaña de Trump pudo festejar en Pensilvania, pero solo durante unas horas hasta que la Corte Suprema local revirtió la decisión de un tribunal inferior.

La corte rechazó un fallo que había detenido temporalmente el escrutinio para permitir una mayor fiscalización por parte de la campaña republicana.



"La campaña no presentó evidencia de que la Junta (electoral) haya abusado de su amplia autoridad discrecional o de que sus instalaciones de escrutinio violen el Código Electoral", argumentó el fallo, publicado por el citado canal de noticias.

La corte, sin embargo, sí aceptó que los jueces le hayan permitido a los observadores de la campaña de Trump "seguir todo el proceso (de escrutinio) a dos pies (poco menos de dos metros) de distancia".

Con esta decisión de la máxima corte del Estado, el proceso de escrutinio puede continuar sin interrupciones. Ya se contaron el 88% de los votos y Trump mantiene una ventaja con un 50,3% frente al 48,5% del candidato opositor, el exvicepresidente Joe Biden.

Ninguna de los reveses judiciales de hoy parecen haber desanimado la estrategia oficialista de intentar desafiar el escrutinio en las cortes.



Al mismo tiempo que Nevada retomaba el escrutinio, referentes republicanos cercanos a Trump denunciaron hoy en ese estado la existencia de miles de "votos ilegales", acusaron al Gobierno demócrata de no permitirles analizarlos y presentaron una demanda ante la Justicia para que no sean contados en el escrutinio oficial.

"Estamos confiados en que existen miles de personas cuyos votos fueron contados pero que se mudaron del estado durante la pandemia", explicó primero Adam Laxalt, exfiscal general de Nevada, y explicó que, con la demanda judicial, le piden a las cortes que detengan el escrutinio de esos "votos indebidos".

A su lado, Ric Grenell exdirector nacional de inteligencia, explicó que en Nevada, cuando una persona "no vive hace 30 días en el estado, no puede votar", según mostró Fox.

"Las boletas no son votos legales hasta que son chequeados y el problema es que las máquinas contaron esas boletas y las tiraron, y el Gobierno no nos deja chequearlas", agregó y marcó una y otra vez una diferencia entre "las boletas y los votos legales".

Laxalt habló inicialmente de 10.000 "votos ilegales", pero luego aseguró que podrían haber más.

Nevada es uno de los cuatro estados clave que siguen con final abierto a dos días de las elecciones presidenciales y, con el 76% de los votos escrutados, la diferencia a favor de Biden se amplió a un poco menos de 11.500 sufragios.