Una mujer de 47 años fingió su propia muerte para no ir a declarar sobre el robo de 1 millón de dólares a una empresa dedicada a la energía solar en la que trabajaba, pero la propia exposición de su perro en las redes sociales le arruinó el plan y fue detenida en la ciudad española de Mallorca.

Todo comenzó cuando Inna Z debía presentarse ante un tribunal el noviembre de 2020 pero nunca fue. Ni siquiera se la llegó en rebeldía cuando los padres de la mujer presentaron un certificado de defunción, alegando que su hija había fallecido en un choque en Alemania.

Lejos de creer en la palabra y documentos de los seres queridos de la acusada, la compañía hizo su propia investigación y como no llegaba a ninguna conclusión, contrató a una empresa de seguridad.

Por lo que trascendió, fueron los especialistas quienes siguieron los rastros de Inna en diferentes usuarios tanto de Facebook como de Instagram y hallaron fotos de su caniche gigante, que es una raza muy poco habitual en la isla.

El seguimiento se hizo a través de vigiancias en diferentes parques caninos de los municipios de Andratx y Calviá durante varios días, hasta que vieron a un sujeto que paseaba un can muy parecido al que aparecía en las imágenes y los siguieron a una lujosa mansión de la localidad turística de Santa Posa.

No conforme con esas pruebas, continuaron con la guardia, la vieron salir a la sospechosa de un gimnasio y cuando se subió al auto, la interceptaron y la arrestaron. Lo particular fue que en la parte de atrás del vehículo estaba la mascota.

Ahora deberá responder no sólo por el supuesto robo, sino por la estafa de haber fingido su propia muerte y podría recibir varios años de cárcel.