La única jirafa blanca que existe en el mundo es macho y vive en el Ishaqbini Hirola Conservancy, un santuario de vida silvestre en  Kenia. El ejemplar fue fotografiado junto a su manada, un grupo de animales de su misma especie pero que tienen su color tradicional.

El colorido de esta criatura única se da por una particularidad genética llamada leucismo, que significa que las células de su piel no pueden producir pigmentación.

A diferencia de los animales albinos, los que nacen con esta otra singularidad siguen generando el tinte oscuro en su tejido blanco, por lo que sus ojos son pardos y no son más sensibles a la luz solar.

En 2017, se descubrió en Kenia dos ejemplares de jirafa blanca: una madre con su cría. Las imágenes de estos animales se viralizaron en las redes sociales, atrayendo a muchas personas al Ishaqbini Hirola Conservancy.

La jirafa blanca madre y su cría fueron asesinadas en marzo por cazadores furtivos

Pero en marzo, cazadores furtivos se infiltraron en el parque para asesinar a las criaturas. Los guardabosques del recinto fueron quienes encontraron los restos de la brutal matanza.

En 2016 se había visto otra jirafa blanca en el Parque Nacional Tarangire, en Tanzania, pero los cuidadores perdieron su rastro y no se ha vuelto a saber de ella desde entonces.