El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro se pronunció este domingo sobre la muerte en Beirut del jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, condenando el ataque del Ejército de Israel contra el grupo militar de El Líbano.

Durante un acto en la ciudad de Caracas, Maduro dijo en su discurso que "hoy se dio a conocer el asesinato de un líder del mundo musulmán, de los pueblos árabes, el señor Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah".

Allí, el líder chavista expresó su solidaridad con el grupo militar libanés: "Quiero expresar, a nombre del bloque histórico revolucionario de las fuerzas bolivarianas de Venezuela, la solidaridad con Hezbollah, con su familia, con el pueblo del Líbano".

En tanto, señaló que el ataque sobre la ciudad de Beirut, en el que se cobró la vida de Hassan Nasrallah, fue perpetrado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) "desde la sede de Nueva York en Naciones Unidas".

Y concluyó: "Los cobardes del mundo callan, pero los pueblos rebeldes, nadie nos callará la voz. Por eso le hago un llamado a los pueblos del mundo, a los pueblos musulmanes, a los pueblos árabes a levantar su voz y a solidarizarse con el pueblo palestino, con el pueblo del Líbano".

Venezuela, en tiempos del ex presidente difunto Hugo Chávez, mantuvo relaciones estrechas con la República Islámica. Irán, aliado con el país latino, es uno de los principales financiadores de Hezbollah con 700 millones de dólares al año, que incluyen una partida en armamento militar y apoyo político.

Emmanuele Ottolenghi, analista de Foundation For The Defense Of Democracies, había mencionado en una entrevista televisiva que "Hezbollah tiene células activas en Venezuela", y que mantiene vínculos con el exvicepresidente iraní, Tareck El Aissami; y el hombre encargado de negocios en la embajada venezolana en Damasco (2006 a 2008) Ghazi Nasr al-Din.

Conflicto en Medio Oriente: detalles del ataque

El ejército israelí informó este domingo, por medio de un comunicado, que junto a Hassan Nasrallah murieron otros miembros de Hezbollah, entre ellos, Ali Karki, comandante del Frente Sur del grupo chií, que estaba en la sede central del movimiento en los suburbios sur de Beirut, durante una reunión en el cuartel general en Dahiyeh.

El comunicado elaborado por las fuerzas israelíes dijo que "el ataque se llevó a cabo mientras la cadena de mando superior de Hezbollah operaba desde el cuartel general y promovía actividades terroristas contra los ciudadanos del Estado de Israel".

Daniel Hagari, vocero del Ejército israelí, destacó que se trató de un “ataque de precisión” y subrayó que el objetivo estaba construido bajo edificios residenciales, lo que —según él— evidencia el uso de la población libanesa como "escudos humanos".