Orca atacó y mató a su entrenador: una tragedia ocurrida hace 12 años y que aún conmociona
Alexis Martínez murió en la víspera de Navidad de 2009, arrastrado al fondo de la pileta donde trabajó por tres años en las fauces de Keto, una de las últimas orcas asesinas criadas por el parque acuático SeaWorld.
Este diciembre se cumple otro aniversario de la muerte de Alexis Martínez, un joven empleado del parque acuático SeaWorld, quien sucumbió a la furia de una orca en cautiverio. A pesar de los 12 años que separan a su familia y seres queridos del traumático evento, aún quedan voces demandando justicia por su muerte y la responsabilidad de la empresa que lo contrató.
A pesar de haber entrado al Loro Parque de Tenerife, España, como un técnico de sonido, el parque acuático había comenzado a emplear sus talentos en las piletas desde 2006 ya que, a pesar de carecer entrenamiento, "tenía aptitudes" para tratar con las orcas. "Entró para poner la música del espectáculo y acabó con las orcas porque le gustaban", recordó su madre, Mercedes Hernández, en una entrevista al diario El País.
Para diciembre de 2009, Alexis ya estaba familiarizado con los animales que entretenían a las familias que visitaban al parque, y era especialmente amigable con Keto, una de las orcas criadas en cautiverio. Pero, en la víspera de Navidad de 2009, la enorme orca reaccionó de una manera que sus entrenadores nunca habían visto antes, y Alexis pagó el precio máximo.
El entrenador y la ballena estaban trabajando en el programa de Navidad en una piscina de entrenamiento y todo parecía normal, pero la orca comenzó a comportarse de manera extraña. No pudo realizar varios de sus movimientos correctamente, pero parecía tranquilo mientras flotaba en la superficie de la piscina. Fue cuando llegó la llamada del escenario bajo el agua y Alexis comenzó a nadar, que Keto comenzó a acercarse a su entrenador.
Otro de los entrenadores en el sitio usó controles que siempre habían funcionado con las orcas, pero Keto se negó a responder y empujó a Alexis al fondo de la piscina usando la punta de su hocico. Desesperado, el entrenador en el borde de la piscina se dio cuenta de lo grave que era la situación. La siguiente horrible visión que vieron los espectadores fue el resurgir de Keto con Alexis en la punta de su hocico, las fauces cerradas sobre el cuerpo de su entrenador.
Solo cuando soltaron una red en la piscina que obligó a Keto a nadar hacia el cuerpo de agua vecino, fue que el cuerpo de Alexis pudo recuperarse del fondo del agua. La autopsia de Alexis declaró que había "muerto debido a las graves heridas sufridas por el ataque de una orca, incluidas múltiples fracturas por compresión, desgarros de órganos vitales y las marcas de mordeduras del animal en su cuerpo". El espectáculo de Navidad que Alexis ensayaba se celebró una hora después, en la misma piscina.
Cautiverio, estrés, agresividad: la fórmula de las orcas asesinas de SeaWorld
Mercedes, la madre de Alexis Martínez, recibió 130.000 euros de indemnización por un seguro tras la muerte de su hijo. El deseo de la maestra, sin embargo, siempre fue la justicia. La mujer realizó su denuncia contra SeaWorld, pero el caso quedó archivado en abril de 2012 por no encontrarse indicios penales.
Las irregularidades saltan a la vista: según consta en el informe de Trabajo de Martínez, el joven de 29 años "desempeñaba funciones de entrenador senior en el espectáculo de las orcas, aunque estaba contratado como asistente de show", y no poseía título alguno de entrenador "ni había recibido formación especializada en los parques Sea World de EE UU como otros compañeros".
La advertencia que dejó el caso de Alexis Martínez no hizo eco, y pronto sucedió otra tragedia. Apenas dos meses más tarde, el 24 de febrero de 2010, ocurría lo mismo al otro lado del Atlántico con una entrenadora de 40 años llamada Dawn Brancheau. Una orca macho conocida como Tilikum la atacaba hasta matarla en las piscinas de un parque de Orlando. A pesar de sus estudios en psicología y comportamientos animales y su considerable experiencia en el área, su destino no fue diferente.
Seis años después de las muerte de Dawn y Martínez, SeaWorld anunció que pondría fin a su programa de cría de orcas en cautiverio.