La lava del volcán de la isla española de La Palma que el martes finalmente llegó al océano comenzó a ganarle terreno al mar hasta formar un delta de unos 500 metros de ancho. La columna de vapor de agua y de gases que se formó mantiene a la población encerrada por precaución.

Según anunció el Instituto Español de Oceanografía, la lava "poco a poco va ganando terreno al mar", a la vez que explicó que los deltas se forman por la solidificación de la lava al entrar en contacto con el agua, ya que al enfriarse se rompe y los fragmentos se depositan sobre el lecho marino formando una superficie no uniforme.

Este proceso continuará mientras el flujo desde el volcán se mantenga, por lo que irá creciendo, rellenando zonas anexas e incluso colapsando algunas ya formadas.

Por otra parte, el viento mantuvo alejada de la costa la columna de vapor de agua y de gases posiblemente tóxicos generada por el contacto entre el magma y el mar. Sin embargo, las autoridades locales recordaron que, hasta que no haya resultados definitivos de un estudio de seguimiento de esos gases, continúa vigente el confinamiento de la población de las zonas cercanas.