Joven argentina emigró a Dinamarca y ahora gana 44 mil dólares al mes
La joven fue despedida de su trabajo y tras recibir su indemnización decidió realizar un drástico cambio en su vida probando suerte en el país europeo. Ahora atraviesa un buen presente laboral y ve lejano volver a vivir en la Argentina.
Satya Ordoñez es una joven cordobesa de 26 años que decidió aventurarse en su vida y dejó todo lo que tenía en Argentina para probar suerte en Dinamarca. Arribó al país europeo sin hablar inglés y ahora tiene un sueldo que la ayuda a vivir confortablemente en uno de los “países más felices del mundo”.
Muchas veces tenemos la intención de hacer las valijas e irnos a algún otro país pero siempre por algún motivo u otro ese deseo inicial termina por truncarse. Sin embargo, la historia de Satya Ordoñez es diferente.
Tras ser despedida de su trabajo en 2019, la joven cordobesa utilizó la indemnización que recibió en su ex empleo para comprarse un pasaje y aventurarse a probar suerte en uno de los países más felices del mundo, Dinamarca.
“Quería saber cómo era vivir en uno de los 5 países más felices del mundo. Además, me cansé de los episodios de inseguridad en Córdoba: me robaron 5 veces y, en dos ocasiones, me apuntaron con una pistola en la cabeza. Eso me provocó un cuadro ansiedad y ataques de pánico”, especificó Ordoñez.
Al arribar a Dinamarca la joven se encontró con una realidad totalmente diferente. De hecho, no sabía hablar danés ni inglés y sólo tenía lo que le quedaba de su liquidación. Se encontraba a su suerte.
“Los primeros 6 meses que viví en Dinamarca tenía mucho miedo de caminar sola por la calle, pero después se me pasó porque me di cuenta que puedo estar en medio de un bosque, en plena madrugada, y no pasa nada”, aseguró la joven en una entrevista para Infobae.
Satya estaba segura que su decisión fue la indicada. Principalmente porque contaba con la experiencia previa de su hermano, quien tuvo una historia similar y había viajado unos años antes a Australia.
La joven estando en territorio danés obtuvo una visa para poder trabajar con duración de un año y fue gracias a ese documento que la contrataron por primera vez en el país nordico.
“Cuando llegué, mi inglés era muy básico, así que me puse a buscar un trabajo donde no necesitara hablar mucho. Estaba trabajando en una empresa de limpieza de casas particulares. En Dinamarca la seguridad es altísima así que las familias te contratan y te dan las llaves de sus casas para que entres a limpiar sola por 2 o 3 horas”, dijo sorprendida.
La joven destacó que, a diferencia de muchos países latinos, el servicio de limpieza en el país europeo se paga por hora. Su salario mensual en aquel primer trabajo de nueva vida era de dos mil euros; cerca 230 mil pesos argentinos, con lo que podía vivir bien e incluso ahorrar.
Tras un año trabajando como empleada de limpieza, debió buscarse un nuevo empleo porque su visa estaba próxima a vencerse y de no contar con un trabajo estable la perdería. Es por ello, que decidió aplicar para una visa en Australia pero ante el inicio de la pandemia se esfumaron sus oportunidades.
En ese momento, le llegó la información de que había un programa de niñeras “Au Pair” con el cual les otorgaban una visa de intercambio a mujeres de entre 18 y 30 años. Aplicó en el programa y consiguió un empleo con una familia danesa y esto sin duda le cambió la vida.
A partir de su nuevo empleo obtuvo que su visa se extendiera por dos años más. Además, ahora percibe un salario casi similar al que ganaba en el servicio de limpieza pero a diferencia del anterior, ahora vive en una mejor zona, cerca del Palacio Real.
“Trabajo 4 horas por día, tengo dos francos por semana y no tengo gastos de alquiler ni comida. Ahora cobro casi lo mismo que antes, pero vivo en una zona privilegiada, prácticamente al lado del Palacio de la Reina Margarita”, detalló.
Y agregó: “El programa “Au Pair” lo tienen las familias ricas y la mía es muy rica. El visado incluye dos años de danés y también lo pagan ellos, así que ahora estoy por arrancar a estudiar”, indicó.
El objetivo a futuro de la joven es seguir progresando en el país nordico, ya que su visa es por dos años más y, en ese tiempo, planea estudiar en la universidad.
“Vine sin saber inglés, ahora voy a aprender danés y me voy a quedar a estudiar. Quiero poner el foco en este visado y lo comparto en mi cuenta de Instagram @saaendinamarca para que se conozca, porque es una visa a la que puede aplicar cualquier persona entre 18 y 30 años. Si estás en la Argentina, las familias que te contratan te pagan el pasaje y el visado. Solo se necesita la voluntad de venir”, destacó.
Por último, Satya reconoció que no se imagina volviendo a vivir en la Argentina porque, tal como siempre le decía su papá, “uno se acostumbra rápido a lo bueno”. Es por eso que asegura que es muy difícil que retorne al país.
“Acá, puedo caminar sola por la calle, a cualquier hora y nunca tengo miedo. Puedo ir hablando por celular, sin pensar que alguien me lo va a robar, y puedo usar una cartera en vez de una mochila, porque sé que nadie te saca nada. La calidad de vida de Dinamarca es un sueño”, sentenció.