Los republicanos abrieron la puerta el pasado domingo a apoyar una versión reducida del plan de infraestructuras de dos billones de dólares impulsado por Joe Biden, que en caso de centrarse en las obras físicas podría reportar una “fácil victoria bipartidista” para el presidente de Estados Unidos.

El Plan de Empleos estadounidenses de Biden pretende modernizar las obras públicas del país y hacer más verde su sistema energético.

Sin embargo, la propuesta enfrenta grandes obstáculos en el Congreso pues despertó las críticas del Partido Republicano y de los grupos de presión empresariales que se oponen al alza de los impuestos corporativos con los que se pretende financiar el plan.

Roy Blunt, el presidente del Comité de Política Republicana del Senado, pidió a los demócratas que se centren en los pilares tradicionales de las infraestructuras, “carreteras, puentes, puertos y aeropuertos”, y no en los proyectos de gasto más expansivos de Biden para crear empleos, luchar contra el cambio climático y hacer frente a una China cada vez más fuerte.

Blunt se pronunció mientras altos cargos de la administración aparecían en los programas del domingo para defender el proyecto ante los estadounidenses como un elemento clave para conseguir el crecimiento sostenido del empleo.

Conversé con la Casa Blanca un par de veces y les dije: ‘tienen una fácil victoria bipartidista aquí si mantienen este paquete prácticamente centrado en la infraestructura”, contó el funcionario republicano en el programa de la cadena ABC “This Week”.

Eso no le impediría al gobierno impulsar después otros aspectos de su plan con una visión partidista, añadió.

El senador republicano se quejó de que el plan contenga más inversión para estaciones eléctricas de recarga de vehículos que para mejoras físicas. “Cuando la gente piensa en infraestructuras, piensan en carreteras, puentes, puertos y aeropuertos”, afirmó.

Blunt, un experimentado miembro del equipo de líderes del Senado, mostró sin embargo un tono más conciliador que el del líder de los republicanos en la Cámara Alta, Mitch McConnell, quien días antes había prometido luchar contra el plan de Biden “a cada paso”.

El presidente del Comité de Política Republicana del Senado, Roy Blunt.

La administración demócrata subraya frecuentemente las encuestas que muestran que su plan es popular entre los estadounidenses comunes de todas las ideologías.

Consultado por ABC sobre si todavía es realista esperar el apoyo republicano al plan, el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, respondió: “Creo que puede ser”.

“Este es un momento único en la vida”, añadió, citando de nuevo la estimación de que el proyecto podría crear 19 millones de empleos.

No creo que en los próximos 50 años vayamos a ver otro momento en el que tengamos esta combinación de una necesidad probada, interés bipartidista, impaciencia generalizada y un presidente que está comprometido a ello”, aseguró Buttigieg.

Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, señaló por su parte los beneficios a largo plazo del plan, teniendo en cuenta que Estados Unidos está todavía 8,4 millones de empleos por debajo de sus niveles anteriores a la pandemia.

“Creemos que podemos tener no solo un fuerte repunte laboral este año”, valoró en “Fox News Sunday”, “sino que podemos sostenerlo durante varios años. Ese es el objetivo”.