Rusia vive horas de conmoción luego de la masacre ocurrida en la universidad estatal de Perm, ubicada a uno 1400 kilometros de Moscú. Alrededor de las 11 (hora local), un estudiante, identificado como Timur Bekmansúrov, de 18 años, ingresó al campus y comenzó a disparar.

De acuerto a lo informado por la casa de estudio, en ese momento había unos 3000 estudiantes. Según reportaron las autoridades, hasta el momento, se registaron 6 fallecidos- la cifra se redujo, pues inicialmente informaron 8- y al menos 28 heridos. Unas 19 personas fueron hospitalizadas con heridas de bala y una estaba en grave estado.

De todos modos, el Comité de Investigación ruso indicó que el número de víctimas "aún se está determinando". Al lugar llegaron nueve ambulancias y los taxistas de la zona se acercaron para colaborar con la evacuación.

Las autoridades indicaron que el tirador fue detenido. Además, descubrieron que antes del ataque Bekmansúrov dejó una advertencia en sus redes sociales.

Según el Comité de Investigación, el tirador se resistió a la Policía durante su detención y resultó herido.

Poco después de producirse el suceso, una vocera de la universidad, Natalia Pechishcheva, había informado a la agencia Reuters de que había sido abatido en el lugar del ataque, incluso circularon imágenes que mostraban su cuerpo en el suelo. Pero posteriormente la institución desmintió esta información.

Timur Bekmansurov nació en 2003 y era estudiante de Ciencias Forenses en la facultad de Derecho de esa misma universidad.

Según informó la agenica Ria Novosti, poco antes del ataque, la red social rusa Vkontakte bloqueó la cuenta del joven de 18 años para evitar difundir un mensaje que mostraba una foto suya con el casco y el rifle de caza con los que irrumpió en el campus. De todos modos, la fotografía se viralizó a través de Telegram.

 

¿Cómo planeó la masacre?

Bekmansurov consiguió su arma, una escopeta Huglu Atrox T con cartuchos del calibre 12/76, de forma legal, confirmó una fuente de los servicios médicos de la región a la agencia Interfax.

“Se sometió a un examen médico general, incluido el test psiquiátrico y de narcóticos, y obtuvo la aprobación, indicaron. Incluso el joven se jactó sus redes sociales de que “había sido fácil” obtenerla.

"'Necesitas hacer un test de personalidad, es largo, unas 500 preguntas’”, me dijo. Me pidió que regresara en un par de días. Al regresar a casa no fue difícil encontrar la prueba, leer los criterios de evaluación y aprobarla un par de docenas de veces el fin de semana, relató el atacante en su publicación.

El texto además explica cómo preparó el ataque. “No sé si terminar yo (refiréndose al suicidio) o dejar que lo hagan los policías. La segunda opción sería más divertida”, escribió. Y continuó: “No puedo descartar el hecho de que sea detenido. ¡Ja!, entonces sería un perdedor”.

“Lo que ha pasado no es un ataque terrorista. “[Yo] No era miembro de organizaciones extremistas, ni religioso ni antipolítico”, agregó al inicio de su mensaje.

Bekmansúrov pensó sus acciones “durante muchos años. Según consignó El País, ahorró durante años para comprar un arma: “Para mí no tenía importancia cómo hacerlo, usaría un arma, un coche, o posiblemente una bomba o un cuchillo. Me decanté por el arma solo porque soy bueno disparando, especialmente tras ver los resultados de mis compañeros hace dos años en clases de tiro. Lamentables”.

Otras tragedias en Rusia

Los tiroteos en escuelas o universidades eran escazos en Rusia, donde el control de armas era estricto, pero aumentaron en los últimos años. El presidente Vladimir Putin lo calificó como un "fenómeno importado de Estado Unidos y un efecto perverso de la globalización".

El último suceso de este tipo fue el 11 de mayo de 2021, cuando un joven de 19 años abrió fuego en su antigua escuela de la ciudad de Kazán y mató a nueve personas.

Ese mismo día, el mandatario ruso ordenó revisar la normativa respecto a la autorización para llevar armas, dado que el autor del ataque tenía permiso para usar un arma semiautomática.

Unos años antes, en octubre de 2018, un estudiante mató a 19 personas antes de suicidarse en un instituto de Kerch, una ciudad en la península ucraniana de Crimea que Rusia anexionó en 2014.

Las autoridades aseguran haber desmantelado estos últimos años decenas de planes para atacar centros educativos, normalmente por parte de adolescentes.

En febrero de 2020, los servicios de seguridad detuvieron a dos jóvenes, nacidos en 2005 y de nacionalidad rusa, que eran muy activos en diferentes sitios web haciendo apología del asesinato y el suicidio. Según los investigadores, estaban planificando atacar un centro escolar en Sarátov, a orillas del Volga.