Científicos realizaron un sorprendente hallazgo paleontológico en el árido desierto de La Tatacoa, ubicado en el departamento colombiano de Huila. La Universidad del Rosario, con sede en Bogotá, anunció el descubrimiento de un esqueleto completo de un marsupial carnívoro con "colmillos de sable" que data de hace aproximadamente 13 millones de años.

Esta especie en particular pertenece a la especie Anachlysictis gracilis, la cual forma parte de la familia de los esparasodontes. Hasta este momento habían registrado sólo fragmentos de una mandíbula y escasos restos adicionales de esta especie en la literatura científica. Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Geodiversitas.

"Gracias a este nuevo hallazgo pudimos conocer en detalle esta fascinante especie a través de análisis que permitieron entender cómo eran y cómo vivían estos depredadores extintos en la Sudamérica neotropical de hace millones de años", dijo Catalina Suárez, quien lideró esta investigación durante su estancia postdoctoral en la Universidad del Rosario.

Los esparasodontes representaban una variedad de mamíferos depredadores que compartían vínculos evolutivos con los marsupiales contemporáneos, como los canguros, koalas y zarigüeyas, y prosperaron exclusivamente en el continente sudamericano durante la era cenozoica. Estos fascinantes animales surgieron después de la extinción de los dinosaurios y perduraron hasta aproximadamente tres millones de años atrás.

¿Qué son los esparasadontes?

Llos tilacosmílidos, por otro lado, forman una subfamilia dentro de los esparasodontes que se destacan por una característica distintiva: sus colmillos curvados y aplanados, que se asemejan a la forma de un sable. Debido a esta característica, son comúnmente denominados "marsupiales dientes de sable".

Con un peso similar al de un lince, 23 kilos, el Anachlysictis gracilis era más pequeño que su pariente de la Patagonia argentina, Thylacosmilus atrox, que pesaba unos 100 kilos, como el de un puma.

Así lucía el esqueleto del animal por aquel entonces (Imagen ilustrativa).

Morfológicamente, el Anachlysictis gracilis, tenía el hocico más largo y aplanado, más parecido al aspecto y tamaño de Patagosmilus goini, su otro pariente proveniente de la Patagonia y el altiplano boliviano.

Según el equipo de paleontólogos en las tres especies de dientes de sable los "molares eran claramente de depredadores supercarnívoros, con crestas en forma de afiladas cuchillas carniceras".

¿Qué comía este animal?

Las presas del Anachlysictis al parecer incluían pequeños mamíferos que habitaron en la zona, como marsupiales, ratas espinosas, puercoespines, roedores de diversos tamaños, algunos ungulados nativos (mamíferos herbívoros que se caracterizan porque sus patas terminan en pezuñas), e incluso primates, que eran muy abundantes en aquel lugar.

El Anachlysictis gracilis pobló la región hace aproximadamente 13 millones de años, en lo que los paleontólogos identifican como el "territorio de La Venta", ubicado en lo que hoy corresponde al desierto de La Tatacoa.

Ese lugar era "en aquel entonces era un bosque húmedo tropical, similar a la actual Amazonía", puntualizó Suárez, quien actualmente es becaria de la Swiss National Science Foundation en Argentina, y trabaja en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales.

El nuevo fósil de Anachlysictis gracilis se encuentra alojado en el Museo de Historia Natural La Tatacoa, en la población de Villavieja, junto con otros sorprendentes hallazgos paleontológicos que han sido desenterrados en uno de los lugares más asombrosos del continente.

En la zona también hallaron más de 7.000 fósiles de mamíferos que datan del periodo mioceno medio tardío, con 13,5 millones de años, y que constituyen la mayor cantidad de la que se tiene registro en Suramérica.

Esta investigación, la que permitió hallar la especie Anachlysictis gracilis, fue producto de la cooperación entre especialistas que representan instituciones de Argentina,  Colombia, Japón y Reino Unido.