El gobierno de Ucrania decretó el toque de queda en la ciudad capital, Kiev, mientras se preparan con urgencia barricadas y otros obstáculos ante la eventualidad de un ataque ruso.

Sacos de arena para bloquear accesos ya son parte habitual del paisaje de esta ciudad de 3,5 millones de habitantes, buena parte de los cuales escapó temiendo un brutal ingreso de las tropas invasoras.

En tanto, el toque de queda decretado por las autoridades es de 36 horas y regirá hasta el miércoles a la mañana, por lo que los negocios están cerrados. Sirenas antiaéreas suenan a cada rato alertando sobre el acercamiento de aviones enemigos; el alcalde y excampeón mundial de boxeo, Vitali Klitschko, recomendó a la población "bajar a los refugios en cuanto las sirenas empiecen a sonar".

Además, se reportó un ataque con drones contra un instituto científico de Kiev que dejó al menos un muerto.

La situación en Mariupol

La situación es peor desde hace semanas en Mariupol, en el sureste de Ucrania, donde unas 350.000 personas están atrapadas sin agua ni electricidad. La ciudad se convirtió en un objetivo clave porque le serviría a Rusia para armar un puente entre sus fuerzas en la península de Crimea y los territorios ya ocupados en el norte y en el este del país.

Hay corredores humanitarios por donde la población sitiada intenta escapar. La organización Human Rights Watch describió la ciudad como "un infierno helado lleno de cadáveres y edificios destruidos".

Cuántos muertos hubo en la guerra Rusia-Ucrania

Naciones Unidas informó que tiene ya confirmada la muerte de 953 civiles desde el 24 de febrero, cuando se produjo la invasión de Rusia a Ucrania. De ellos, 78 son niños. De todas maneras, la cifra real sería "considerablemente mayor" por el retraso en la verificación y por la falta de datos de zonas clave como Mariupol.