El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se mostró abierto a un diálogo con su par ruso, Vladímir Putin, "pero sin ultimátum", en declaraciones a la TV pública italiana, a dos meses y medio de la invasión de Rusia a su país.

Zelenski aseguró que su país "quiere la paz y cosas normalísimas como el respeto de la soberanía, la integridad territorial, las tradiciones del pueblo, de la lengua". Agregó que estas cosas pueden ser "cosas banales", pero que "son todas cosas violadas por Rusia y que deben ser restauradas".

En ese contexto, el presidente ucraniano se refirió además al asedio de las tropas rusas sobre la planta de acero de Mariúpol, en el sur del país, y reafirmó que está "haciendo todo lo posible" para salvar a los miembros del batallón que resisten en la fábrica.

Zelenski justifica que el ejército ruso debe salir del país cuanto antes y responder por lo que ha hecho, y rechaza que se pueda buscar una salida para Rusia: “Sé que Putin quería lograr un resultado, pero no lo ha conseguido. Que se nos proponga entregar algo para salvar la cara del presidente ruso no es justo. Ucrania no va a salvar la cara de alguien pagando con sus territorios".

La última reunión entre ambos mandatarios fue en 2019.

Zelenski sostiene que las negociaciones con Moscú son complicadas porque “todos los días los rusos ocupan pueblos, mucha gente ha dejado sus casas, ha sido asesinada por los rusos” y los ciudadanos ucranianos están sufriendo “torturas y asesinatos”.

“Esto complica mucho las cosas, queremos que entiendan que nuestra sociedad es muy pacífica, desde hace ocho años intentamos dialogar”, argumentó.

Además, aseguró que en ningún momento se planteó reconocer la independencia de Crimea, territorio anexionado por Rusia en 2014, y sostuvo que "Crimea siempre fue territorio ucraniano”.

Putin tampoco descarta la solución diplomática

El mes pasado, el presidente ruso se reunió con el secretario general de la ONU, António Guterres, y le dijo que seguía confiando en una solución diplomática al conflicto.

"Estamos negociando, no rechazamos el diálogo", le aseguró Putin a Guterres y añadió que las negociaciones descarrilaron debido a las acusaciones de que Rusia era responsable por la matanza registrada en la localidad de Bucha, cerca de Kiev.