El dueño de la Galería Sadigh, Mehrdad Sadigh, de Manhattan, Nueva York, Estados Unidos, fue acusado de vender antigüedades falsificadas y fue detenido en el marco de  la investigación que se está llevando en su contra. Las sospechas comenzaron cuando debió cancelar una exposición por problemas con la mayoría de las piezas que se exhibirían.

La Galería Sadigh de Manhattan era una de las más populares en la ciudad estadounidense. Esto le permitió a su dueño obtener ganancias millonarias y no sólo ello. Sadigh llegó a convertirse en un respetado anticuario. 

Sin embargo, ahora el hombre deberá comparecer ante la justicia de Estados Unidos por convertirse en uno de los mayores vendedores de antigüedades falsas de la historia del país norteamericano, según informaron algunos medios locales.

Algunas de las antigüedades que el dueño de la galería Sadigh tenía en venta (Imagen The New York Times).

La investigación fue llevada adelante por el fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance Jr., quien dispuso la detención del dueño de la galería, quién está acusado de fabricar los objetos antiguos en la parte trasera de su sala de exposiciones de la Quinta Avenida, cerca del Empire State Building.

"Durante muchos años, esta fábrica de antigüedades ficticias ubicada en el corazón de Manhattan prometía a sus clientes raros tesoros del mundo antiguo pero les vendía en cambio piezas elaboradas en el propio local de forma artesanal", destacó el fiscal Vance Jr.en una nota con el diario The New York Times.

Inicio de la investigación 

Las sospechas sobre la actividad ilegal de Sadigh habían surgido dos años antes de su detención. En una exposición sobre la Piedra Rosetta prevista en la Biblioteca y Museo Presidencial Herbert Hoover, en Iowa, en abril de 2019, terminó siendo cancelada luego de que los expertos en antigüedades constataron que había graves problemas con la mayoría de los objetos expuestos.

Fue entonces cuando los investigadores empezaron a analizar la metodología de Sadigh para adquirir estos objetos que posteriormente pondría a la venta en su galería. Fue así como recibieron varias denuncias de otros comerciantes, quienes aseguraban que este hombre, "vendía todas las falsificaciones", y que nadie lo percibía. 

Los investigadores federales decidieron ir encubiertos a la galería de la Quinta Avenida y para ello se hicieron pasar por compradores. Fue así como adquirieron un colgante de oro que representaba la máscara mortuoria de Tutankamón y una antigua cabeza romana, a 4000 dólares cada uno

Durante su visita encubierta percibieron que el falsificador tenía cientos de artefactos expuestos en las vitrinas y en los estantes. Pero no sólo eso. En el fondo del establecimiento hallaron miles de objetos antiguos. Entre ellas escarabajos, estatuillas y puntas de lanza en diferentes etapas de preparación.

Tras detener al anticuario, los fiscales realizaron una segunda revisión en la galería con una segunda orden de allanamiento y encontraron las herramientas utilizadas en la alteración de “objetos que pretenden ser antigüedades”. Barniz, pinturas en aerosol, una lijadora y sustancias similares al barro de diferentes tonos y consistencias, entre otras herramientas y materiales.

Asimismo, hallaron un sarcófago valuado en 50.000 dólares, un sello cilíndrico de 40.000 dólares y una estatua de la diosa Artemisa de un valor en 25.000 dólares, de las cuales se sospecha que cada una de ellas son falsas, informaron desde el The Art Newspaper.

En los últimos años, la fiscalía puso especial énfasis en el comercio ilícito de los objetos antiguos. No sólo porque el contrabando de los mismos daña el patrimonio cultural de sus países de origen, sino porque esta práctica ha llegado a ser usada para financiar el funcionamiento de bandas de narcotraficantes u organizaciones terroristas.