En medio de la avanzada israelí en la Franja de Gaza y con la noticia sobre la voladura de varios edificios, uno de ellos destinados a la prensa extranjera, el papa Francisco recibió esta mañana en el Vaticano al canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, y habló por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

En las últimas horas se había difundido un comunicado en el que Zarif llamó a los países islámicos a reconocer "las agresiones de Israel contra la población palestina como genocidio y crímenes contra la humanidad" .

Luego de sus apreciaciones, en las redes sociales comenzó a circular una campaña en la que se acusa al gobierno de Binyamin Netanyahu por Apartheid , es decir, crímenes de odio racial. "Los actos criminales de Israel deben ser reconocidos como genocidio y crímenes contra la humanidad por la legislación interna de nuestros países y en las resoluciones de la Organización para la Cooperación Islámica " sentenciaba el mensaje.

Horas más tarde, el Papa calificó de "terrible e inaceptable la pérdida de vidas inocentes” en la escalada de violencia y alertó que este nuevo ciclo de ataques puede recrudecer en una zona donde abundan los civiles. "Numerosas personas han resultado heridas y muchos inocentes han muerto. Entre ellos hay niños, y esto es terrible e inaceptable", lamentó Francisco.

Por eso, además de su encuentro con el canciller iraní, hoy el sumo Pontífice mantuvo una charla telefónica con el presidente turco Erdogan. Ambos lideres le habrían confirmado lo que ayer el Papa enfatizó: “el aumento del odio y la violencia que está envolviendo a varias ciudades de Israel es una grave herida a la fraternidad y a la convivencia pacífica entre los ciudadanos. Será difícil de curar si no hay una apertura inmediata al diálogo".

Nuevo ataque en la Franja de Gaza

A pesar del llamado a dialogar, esta mañana Israel volvió a apuntar sus cañones contra Gaza, donde lanzó los más fuertes bombardeos desde el despertar bélico hace una semana. Oficialmente se informó que como saldo, se destruyó 15 kilómetros de túneles usados por grupos armados palestinos y las casas de nueve comandantes de Hamas.

“Los ataques de esta madrugada fueron aún más intensos que los que ayer dejaron 42 muertos en la región y destruyeron tres edificios, entre ellos uno con medios de prensa”, confirmaron a la prensa local residentes de Ciudad, cuyas calles amanecieron desiertas.

Efectivamente, este fin de semana un ataque aéreo israelí destruyó un edificio que albergaba oficina de la agencia de noticias estadounidense The Associated Press y la cadena de noticias qatarí Al Jazeera, aunque esta mañana el gobierno de Joe Biden aseguró que “aún no vio pruebas que justifiquen ataque” y para Netanyahu el edificio que alojaba periodistas “era blanco perfectamente legítimo".

Mientras tanto, el alcalde de Gaza, Yahya Sarraj, confirmó a la cadena de TV Al Jazeera que los bombardeos causaron grandes daños en calles y la infraestructura en general de la mayor ciudad de la empobrecida región costera, donde viven 2 millones de personas sometidas desde hace años a un doble bloqueo israelí y egipcio. "Si la agresión continúa, esperamos que las condiciones empeoren", aseguró.

Por su parte, la ONU ha advertido que la única central eléctrica del territorio se estaba quedando sin combustible, y Sarraj señaló que también había escasez de repuestos. En este sentido, ya antes de la ofensiva, los habitantes de Gaza sufrieron cortes de luz de entre ocho y 12 horas, y el agua corriente no es potable.

La situación se agrava hora tras hora, porque ante la escasez de agua y luz, los bombardeos isrealíes dañaron las líneas de suministro y el personal puede llegar a las áreas afectadas por la continuidad de los ataques.

"Nunca ha habido bombardeos de este calibre", aseguró Mad Abed Rabbo, de 39 años, que vive en el oeste de Ciudad de Gaza y dijo sentir "horror, miedo", informó la agencia de noticias AFP.

La controversia que ya se ha cobrado cientos de vidas, comenzó con protestas por las restricciones adoptadas por Israel para el acceso de los palestinos a los sitios sagrados de la Ciudad Vieja, durante el mes santo islámico de Ramadán y a la amenaza de desalojo de decenas de familias de un barrio de la parte palestina de Jerusalén para acomodar allí a colonos judíos.

Hace exactamente una semana, esta disputa comenzó lo que hoy da como saldo al menos 198 palestinos muertos por los ataques aéreos y de artillería israelíes en Gaza, incluyendo 58 chicos y 35 mujeres, y más de 1.300 resultaron heridos, según el Ministerio de Salud local. Del otro lado, 10 personas murieron en Israel, entre ellos un chico de cinco años, y 294 resultaron heridas por los cohetes lanzados desde Gaza.

Además, unos 40.000 palestinos abandonaron sus hogares en la zona de conflicto, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Pese a esfuerzos diplomáticos internacionales para declarar una tregua, hoy confirmados por el Papa, Netanyahu, dijo ayer que los ataques continuarán y que "llevarán tiempo".