El Gobierno de Estados Unidos envió una carta al organismo de derechos humanos de la ONU en la que denunció que Rusia elaboró una "lista negra" de ucranianos que deben ser asesinados o capturados en caso de una invasión a ese país.

La carta señala que el Gobierno de Washington está "profundamente preocupado" y alerta de una potencial "catástrofe de derechos humanos", señala la agencia de noticias AFP. En el texto Washington asegura tener "información confiable que indica que las fuerzas rusas están elaborando listas de ucranianos que serán asesinados o enviados a campamentos tras una ocupación militar".

El mensaje dirigido a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la chilena Michelle Bachelet, asegura que también existe información confiable de que "las fuerzas rusas usarían medidas letales para dispersar protestas pacíficas o de alguna forma contrarrestar el ejercicio pacífico de resistencia de poblaciones civiles".

La nota, firmada por la embajadora estadounidense ante la ONU en Ginebra, Bathsheba Nell Crocker, advierte que una invasión rusa a Ucrania traería abusos como secuestros o tortura, y podría golpear a disidentes políticos y religiosos y minorías étnicas.

Según EE.UU. y varias potencias occidentales, Rusia desplegó más de 150.000 soldados cerca de la frontera con Ucrania en las últimas semanas. Moscú niega que planee atacar a su vecino, se concentra en defender su reclamo de seguridad nacional que originó la movilización de tropas y busca obtener garantías de que Ucrania no se unirá a la OTAN y que esa alianza removerá a sus fuerzas del Este.

La postura rusa sobre los asuntos de seguridad fue presentada el pasado 17 de diciembre, cuando Moscú publicó dos propuestas de acuerdos que quiere alcanzar con EE.UU. y la OTAN, cuyos puntos clave son las garantías mutuas de seguridad en Europa, así como la no expansión de la alianza hacia el este.

Desde la caída de la URSS, la OTAN fue expandiéndose por Europa del Este y los países bálticos, todos antiguos miembros del bloque soviético.  Actualmente, solo tres países fronterizos con Rusia no se han unido a la Alianza Atlántica: Finlandia, Ucrania y Bielorrusia.