El hombre de los cuernos que asaltó el Capitolio no quiere comer en prisión porque no le dan alimentos orgánicos
La madre del manifestante pro Donald Trump se mostró preocupada. "Se enferma si no come alimentos orgánicos. Necesita comer", sostuvo la mujer.
El sujeto que irrumpió en el Capitolio con la cara pintada y con cuernos, llamado Jacob Anthony Chansley pero conocido como Jake Angeli, Q-Shaman o Yellowstone Wolf, atraviesa una delicada situación en la cárcel, ya que desde su detención no come, debido a que solamente ingiere "alimentos orgánicos", algo que en la prisión no le dan.
Según su abogado, "sigue una dieta extremadamente restrictiva, quizá por razones religiosas". A esto se sumó la palabra de la madre, Martha Chansley, quien pidió que le den la comida adecuada. "Se enferma si no come alimentos orgánicos. Necesita comer", dijo.
Yellowstone Wolf, fue detenido bajo cargos de entrar a un edificio público sin autorización, así como de entrada violenta y conducta desordenada en los terrenos del Capitolio, según informó el Departamento de Justicia de EEUU.
En la comparecencia virtual ante el tribunal, la jueza magistrada Deborah Fine afirmó estar “profundamente preocupada” y le pidió al abogado del acusado que resuelva el problema con los alguaciles estadounidenses.
Angeli es un miembro del movimiento que gira alrededor de la teoría conspirativa QAnon, originada en 2017 a raíz de unas supuestas revelaciones secretas sobre una élite pedófila y satánica que rige el mundo desde las sombras, con Hillary Clinton, Barack Obama y el papa Francisco en la cima. Y Angeli había levantado su perfil en esta corriente al llamar la atención con su look en muchas protestas de la derecha en el estado de Arizona durante el 2020.
Lo cierto, es que Q-Shaman fue captado el miércoles en varias escenas de los incidentes en Washington, DC. El diario Arizona Republic observó sus movimientos durante los disturbios y advirtió que, luego de ingresar al Capitolio con otros manifestantes, en un momento llegó hasta el estrado del Senado y posó para una foto sosteniendo con su mano izquierda una lanza de la que colgaba una bandera de los Estados Unidos.
Además del gorro de piel de búfalo y cuernos, típico de la cultura sioux, Angeli mostró en todo momento sus tatuajes, entre los cuales se ve una triqueta de origen celta, el martillo Mjolnir del dios germánico Thor y un árbol de la vida.
El Arizona Republic explicó que, desde 2019, Angeli suele instalarse frente al Capitolio del Estado de Arizona gritando sobre varias teorías conspirativas, la mayoría respaldadas por el movimiento QAnon. Y en una entrevista con este diario en 2020, el joven señaló que usa el gorro de piel, se pinta la cara y camina sin camisa como una forma de llamar la atención a la gente que quiera oírlo hablar sobre distintas verdades que, dice, permanecen ocultas por una supuesta élite que controla al mundo.
En febrero de 2020, Angeli estuvo junto a una multitud que asistió a un mitín de Donald Trump en Phoenix. Allí lució un cartel que decía “Q me envió” y preguntó a muchos presentes si sabían de la conspiración; varios le respondieron que sí. “La bola de nieve ha estado rodando y solo se está haciendo más grande. Ahora somos la corriente principal”, dijo Angeli en aquel momento.
También estuvo en las protestas de Arizona para exigir que reabran los negocios cerrados por el Gobierno, como medida para prevenir la propagación del COVID-19 y ha estado en otras marchas que cuestionaban los resultados de las recientes elecciones de EEUU.
Angeli ha dicho que descubrió muchas conspiraciones a través de su propia investigación en internet. Ese estudio de textos incluye vínculos entre el satanismo, la pedofilia, el poder y el “Estado profundo” -los funcionarios estables de áreas sensibles, como seguridad interior e inteligencia-. “En un cierto punto, todo encajaba de alguna manera. Y me dije: Oh, Dios mío. Ahora veo la realidad de lo que está pasando”, señaló al Arizona Republic, y explicó que el movimiento QAnon validó las creencias que había mantenido hasta el 2016.