La hipótesis fue primero elevada en diciembre del año pasado por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quienes propusieron que partes genéticas del virus pueden integrarse con el ADN y permanecer en el cuerpo a pesar de una recuperación. La teoría ofrece una posible explicación a los pacientes de Covid que se recuperaron de la enfermedad para volver a caer enfermos meses después.

El estudio no fue bien recibido por la comunidad científica, y muchos lo acusaron de avivar miedos infundados sobre el Covid 19 sin la infomación suficiente para respaldar la teoría. Un reporte que respondió al polémico artículo señaló que las uniones entre Covid y material genético detectadas fueron generadas artificialmente por la metodología utilizada en el estudio, y no sucedieron de manera natural.

Los líderes de esta investigación, científicos Rudolf Jaenisch y Richard Young, reconocieron que la acusación era correcta, y que la publicación del estudio de manera prematura fue "una decisión errónea". Decididos a continuar su análisis, el equipo de investigadores siguió profundizando sobre la hipótesis original y en las últimas horas publicaron una versión revisada que trae nueva evidencia al debate.

El artículo original propuso que, en ciertas ocasiones, las enzimas del individuo infectado pueden copiar las secuencias del ARN del coronavirus en el ADN humano, integrando parte del virus en nuestros cromosomas. Los métodos utilizados en la revisión del primer estudio eliminan la creación accidental de estos cromosomas mutados, y descubrieron que la cruza entre el ADN y el material genético del virus continúa sucediendo.

Stephen Hughes, científico estadounidense del Instituto Nacional del Cáncer, había criticado el primer estudio y fue ofrecido participar en el segundo para mejorar la técnica y asegurar resultados veraces. Ahora figurando como co-autor, afirma que el estudio ha "resultado ser significativo", y como otros ecépticos del primer artículo afirma que la hipótesis podría resultar ser "plausible".

A pesar de los avances, Young reconoce que "no tenemos evidencia directa" para asegurar de manera conclusiva que la unión del coronavirus y el genoma humano sucede en los pacientes infectados.