La espera de tantos años de una familia irlandesa llegó a su final, ya que tras mucho tiempo de incertidumbre, lograron encontrar el cadáver de un joven que se encontraba desaparecido desde 2004 y del que se desconocìa su paradero.

El macabro descubrimiento ocurrió frente al muelle de Hugh Coveney, en el condado irlandés de Cork, sitio donde fueron encontrados los restos de un pescador de 23 años que estaba desaparecido desde 2004, dentro de un auto que estaba sumergido.

Después de las pericias y tras las pruebas de ADN, las autoridades pudieron confirmar el miércoles que el hombre que permaneció todos estos años en el interior del auto es Barry Coughlan.

Barry fue visto por última vez durante la madrugada del 1 de mayo de 2004 en un bar en Crosshaven, muy cerca de donde se encontró su automóvil.

La Policía irlandesa confirmó el hallazgo (Twitter).

Según informaciones del Garda, el servicio de policía nacional de la República de  Irlanda, se pudo conocer que: “Tras el análisis de ADN, los restos ahora han sido identificados como los del Sr. Barry Coughlan, quien fue reportado como desaparecido a la policía en mayo de 2004″.

Misteriosa desaparición en Irlanda

Desde un principio la familia Coughlan hizo varios llamados a los medios de comunicación a lo largo de los años, y siempre mantuvo la postura de que la desaparición de Coughlan estaba marcada por algo extraño ya que no coincidía con la personalidad de Barry.

Poco tiempo antes de que se perdiera su rastro, había comenzado un trabajo como pescador y estaba trabajando en Castletownbere en West Cork.

Además había regresado a su casa natal en Crosshaven durante el fin de semana previo a la desaparición, y debía regresar al trabajo al día siguiente del fatídico 1 de mayo de 2004 en que se le perdió de vista a la salida pub Moonduster.

En el año 2007, su hermana Donna señaló en un portal de noticias que los dos eran grandes amigos, y agregó que “Barry siempre llegaba a casa en su tiempo libre y se comunicaba con nosotros cuando estaba fuera”.

“Había empezado en un barco de pesca en Castletownbere y estuvo en casa durante la semana antes de su desaparición. Estaba en gran forma, en la cima del mundo. Era perfecto”, dijo su hermana.

La familia nunca perdió la esperanza de encontrar a Barry y quedó desconcertada por su desaparición.

Hallazgo del cuerpo

El hallazgo ocurrió luego de que los buzos de la Garda realizaron una operación en la escena del crimen, en el puerto de Crosshaven, y pudieron dar con el automóvil que se encontraba en el lecho marino.

El automóvil, un Toyota Corolla rojo, fue visto por buzos voluntarios de Búsqueda y Recuperación de Personas Desaparecidas de la Ciudad de Cork el 26 de mayo, quienes realizaban maniobras para dar con el paradero del vehículo.

Los buzos irlandeses dieron con el cuerpo dentro de un automóvil (Irish news).

Fue entonces cuando los buzos hicieron contacto con el auto que estaba volteado, descansando sobre su techo en el fondo del mar, y enterrado profundamente en el lodo.

Una vez encontrado el automóvil los policías notificaron a los investigadores quienes sellaron el área, y lanzaron una operación de búsqueda que involucró a la unidad marítima durante la mañana siguiente.

A razón de los operativos se logró recuperar el automóvil, y además comprobar su registro de matrícula, el 98-C-18625, con el que posteriormente los miembros de la unidad de búsqueda y recuperación de personas desaparecidas de la ciudad de Cork, pudieron corroborar que se trataba del vehículo catalogado como “un artículo de interés” a razón de la desaparición de Coughlan.

El auto era una pieza fundamental en el proceso de búsqueda luego de la desaparición de Barry ya que ninguna pista de su paradero, como tampoco su automóvil habían sido encontrados en fechas posteriores al momento de su desaparición, a pesar de las exhaustivas búsquedas en los sectores fluviales cercanos a la ciudad de Cork, donde se realizaron las pericias por en las que participaron botes y buzos especializados.

Funeral y pedido familiar

En un aviso fúnebre los padres de Barry Coughlan agradecieron a “todos los que los han ayudado y apoyado durante los últimos 17 años”.

Al joven, que desapareció sin dejar rastro cuando tenía 23 años, le sobreviven sus padres Jim Marie y su hermana Donna, junto con su familia extendida y un gran círculo de amigos.

La madre del joven pidió respeto por su dolor (Captura de TV).

La familia pidió que se hicieran donaciones a Cork City Missing Persons Search and Recovery en nombre de Barry en lugar de llevar flores al entierro.